Las consecuencias de hacer una mala dieta, o una dieta no supervisada por un profesional, son, según los expertos en salud bucodental, nefastas para nuestra boca. “La relación entre salud bucodental y alimentación es mucho más importante de lo que se puede pensar en un primer momento. Hay que tener en cuenta que la boca es el primer lugar en el que se comienza la digestión. Así, los dientes y encías no solo requieren de nutrientes como el resto de órganos del cuerpo; sino que, además, juegan un papel fundamental en su producción. Mediante la masticación y la posterior salivación inician la descomposición química de los alimentos para obtener los recursos necesarios para su correcto funcionamiento”, explica la doctora Curull de Clínica Curull.
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Así, una alimentación inadecuada conlleva algunos peligros que no debemos dejar pasar por alto:
- Las dietas exprés pueden interferir en la absorción de algunas vitaminas solubles en grasa, como la vitamina D, especialmente importante para la salud bucal, ya que es necesaria para la absorción del calcio. Además, la ausencia de ácidos grasos como los Omega 3 pueden aumentar los índices de estrés y ansiedad y dar lugar al bruxismo.
- Puede ser causa de mal aliento. La cetosis es uno de los síntomas más claros de las dietas bajas en hidratos de carbono.
- Además, el déficit de algunas vitaminas (en especial las A, B2, B12 y C) puede acarrear una reducción en la salivación (y sus propiedades bacterianas por lo que puede dar lugar a infecciones), favorecer la aparición de llagas o el riesgo de caries, gingivitis y periodontitis, entre otras patologías.
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Los alimentos para lucir unos dientes bonitos
- Di sí a los lácteos. Comenzando por la leche y continuando por sus derivados: el yogur, el queso, el kéfir... No hay que olvidar que son el principal aporte de calcio para el organismo. También los cereales, algunas verduras como la col o el brócoli y las nueces son ricas en calcio.
- Alimentos ricos en fósforo y flúor. El fósforo, el segundo mineral con mayor presencia en el organismo también es importante para constituir la estructura dental, y se puede encontrar en carnes, huevos, pescados y en algunos alimentos de origen vegetal como las legumbres. Junto a él, el flúor, que por sus propiedades es fundamental para reforzar el esmalte dental, remineralizarlo y proteger frente a las caries. Se recomiendan alimentos como las judías, lentejas, cerezas o tomates; además de la sal fluorada.
- No elimines las frutas y verduras de tu dieta. La vitamina C también juega un papel fundamental en la salud bucodental ya que previene frente a infecciones, es antioxidante y mantiene la permeabilidad de los vasos sanguíneos protegiéndolos de los ataques bacterianos frente a enfermedades periodontales. Está presente en los cítricos, la soja, los tomates, la patata o el pimiento verde. Por otro lado, los alimentos ricos en vitamina A como los albaricoques, melón, zanahoria, mango, melocotón, espinacas, coles de Bruselas, etc, nos protegen de las caries y las infecciones. También las verduras de hoja verde incorporan a la dieta una gran cantidad de fibra fundamental para la salud de dientes y encía, ya que exigen masticarlas mucho y producen una gran salivación que ayuda a limpiar los dientes y neutralizar los ácidos.
- Y, por último... Un último consejo es mantener la boca siempre hidratada, beber al menos dos litros de agua diarios y, si es posible, sustituirlo en alguna ocasión por té verde. Esta infusión es un poderoso antioxidante que combate las bacterias y evita la aparición de placa. Además, no hay que olvidar que, al igual que hay alimentos que ayudan a tener unos dientes más sanos y fuertes, hay otros que conviene evitar como patatas fritas, dulces, refrescos, café, vinagres y encurtidos o algunas salsas.
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