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Por lo general, nuestro ritmo de vida es tan agitado que nos lleva a hacer muchas cosas distintas a la vez: somos capaces de hablar por teléfono, poner una lavadora y responder a emails del trabajo a un tiempo, sin que nos parezca nada especialmente complicado. Y eso puede llevarnos a pensar, erróneamente, que tenemos la mente activa con el cerebro trabajando a pleno rendimiento. Pero, en la mayoría de las ocasiones, nuestro cerebro encuentra una forma cómoda para hacer las tareas y pone el piloto automático. Piensa en la cantidad de cosas que haces de forma reiterada cada día: asearte, conducir, revisar el móvil, comprar comida en los mismos sitios… para realizarlas el cerebro no necesita pensar, luego, no se está entrenando.
Mantener a nuestro cerebro activo de verdad puede ayudarnos a conservar y a aumentar nuestra memoria. Se trata de regular ciertos hábitos diarios y de incorporar otros nuevos para tener el cerebro activo y bien estimulado. Prueba con estos que te proponemos a continuación: verás como no es tan difícil integrarlos en tu vida.
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Haz ejercicio
Según un estudio realizado en la Universidad de Pittsburgh en colaboración con otras universidades norteamericanas, el ejercicio físico es fundamental para aumentar el tamaño del hipocampo anterior, donde se desarrolla la memoria espacial. Además, el ejercicio físico aumenta la oxigenación cerebral y reduce el riesgo de padecer enfermedades que provocan pérdida de memoria, como la diabetes.
Duerme las horas necesarias
Un estudio publicado en 2013 por la Universidad de Massachusetts afirmaba que dormir es completamente necesario para que los recuerdos se consoliden, porque el sueño influye directamente en memoria. Así que intenta dormir 7 horas al menos cada noche y, si puedes, duerme también la siesta: 20 minutos diarios de descanso nos ayudan a recordar mejor lo que hemos vivido y aprendido hasta ese momento del día. Lo importante para conseguirlo es que mantengas una rutina diaria que te ayude a acostarte y levantarte siempre a la misma hora.
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Ten una buena vida social
Es fundamental relacionarnos con otras personas y buscar momentos para la diversión, porque, además de garantizar nuestro bienestar emocional, tiene importantes beneficios cognitivos: interactuar con los demás es el mejor ejercicio cerebral que podemos hacer. Según un estudio publicado en el Journal of Aging Research las personas que mantienen el contacto con sus amigos más cercanos conservan mejor su memoria con el paso de los años.
Viaja a nuevos lugares y descubre nuevos caminos
No es necesario que te vayas a recorrer mundo, ni mucho menos, pero aprovecha cada oportunidad que tengas para viajar a todos esos lugares que tienes por descubrir, estén cerca o lejos. Conocer lugares nuevos, sus paisajes, su idioma o acento, su cultura nos aporta un gran enriquecimiento a todos los niveles. Si viajamos, aprendemos y despertamos nuestra curiosidad, que está estrechamente unida a nuestra memoria.
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Escucha música clásica
Prepara una buena selección musical con los mejores compositores de todos los tiempos y escúchala cuando estés descansando, o de fondo mientras realizas otra actividad: Bach y Vivaldi están dispuestos a ayudarte a fortalecer tu memoria. Cuando escuchamos música nuestro cerebro se activa y se producen en él numerosas conexiones neuronales. Un estudio realizado por varias universidades finlandesas afirmaba que escuchar música clásica aumentaba y modificaba los genes de las funciones cerebrales, además de mejorar la actividad de los genes implicados en la memoria y el aprendizaje.
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