La misión de los perros va mucho más allá de hacernos compañía. Que ya es mucho. Hay verdaderos héroes que ayudan a los Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a encontrar artefactos; buscan víctimas entre los escombros; salvan vidas; otros se encargan de peinar grandes superficies para localizar personas desaparecidas; también los hay que husmean equipajes para impedir la entrada de estupefacientes en nuestro país y, por supuesto, están los perros guía -ojos de los invidentes-, los de asistencia en hospitales, geriátricos y los perros que trabajan como auténticos terapeutas.
Todos ellos ellos, incluso los que no tienen un trabajo reconocido, nos acompañan y ayudan. Nos dan su tiempo, sus capacidades, se entregan por completo y se esfuerzan por cumplir con su cometido. Pero ellos también se jubilan. Bien sea por edad, enfermedad o por otras causas como problemas de temperamento, miedos o fobias, los perros también se retiran. Y entonces, ¿qué pasa con ellos? Gracias a asociaciones y fundaciones, y el cariño de muchas personas amantes de los animales, tendrán la vejez que se han ganado.
"Nuestros perros son tan importantes para nosotros y nos dan tanto que, cuando se jubilan o cuando no pueden desempeñar su trabajo, hacemos lo posible para devolverles lo que se merecen: atención, cuidados, cariño y, a poder ser, una familia", señala Matilde Gómez Casas, directora de la Fundación Once del Perro Guía. Al principio se quedan en sus instalaciones, pero la Fundación realiza un gran esfuerzo de visibilidad para dar a estos animales en adopción.
"Nuestros perros guía suelen ser jubilados que han cumplido los 11 o los 12 años de edad. En ocasiones, es la propia familia a la que le ha prestado el servicio la que firma un contrato de adopción y, entonces, el animal pasa a ser suyo (mientras tanto, pertenece a la ONCE). Otras veces, se lo queda la que lo adiestró cuando era cachorro, cerrando así un círculo. Pero cuando esto no es posible, intentamos buscarles un adoptante", explica.
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Requisitos para adoptar un perro guía
Cuando alguien decide adoptar un perro jubilado, tiene que tener en cuenta que va a quedarse con un ser muy especial, pero que su edad puede requerir asistencia veterinaria, dieta especial y los cuidados que necesita un anciano, por lo que el compromiso debe ser firme y hay que poder hacer frente a los gastos. "Hacemos un cuestionario muy meticuloso para tener la certeza de que nuestro perro se quedará en buenas manos y que es apropiado para esa familia. Además, como vendrá a buscarlo a nuestras instalaciones, veremos quiénes son y eso nos dará una mayor seguridad". Asimismo, "cuando damos a nuestros perros solicitamos por contrato que no los utilicen para trabajar, como por ejemplo, para asistencia, ya que lo que necesita el animal es descansar y ser mimado. Por supuesto, los entregamos esterilizados", añade.
La Fundación ONCE no solo da en adopción perros jubilados.También otros que sufren una dolencia que les impide desempeñar su labor, tienen miedos o problemas de temperamento", indica Matilde Gómez. Aquellos que requieren cuidados muy especiales, caros y un mayor control se quedan en la Fundación, que se hace cargo de todo lo necesario para que el animal esté bien atendido y, junto a un comité de ética, deciden cuáles son las mejores alternativas. "Están con nosotros, en los despachos, en las salas convivendo las 24 horas con las personas que vienen aquí", señala.
Héroes de cuatro patas
Otra gran iniciativa para adoptar a jubilados es la creada por varios miembros de la Policía Nacional que, en 2015, quisieron ayudar a los animales de las unidades caninas una vez terminada su vida laboral. "Héroes de 4 patas es una ONG que se financia con las donaciones de los adoptantes y los socios. No pertenecemos a Policía, somos independientes", aclara Rosa Chamorro, presidenta de esta asociación protectora. "La creamos porque vimos que no había nada regulado en cuanto a qué hacer con estos animales que pertenecen a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y que han terminado su trabajo por edad o por enfermedad. Creemos que les debemos mucho a estos animales. Ellos nos dedican su vida y salvan las de otras personas. Son verdaderos héroes que se merecen una vejez tranquila", añade.
Además de perros jubilados, Héroes de 4 patas también da en adopción otros que, por motivos de salud o de carácter, no pueden desempeñar el trabajo que se les asigna. "Son muchas las personas que se interesan por estos animales, porque llaman mucho la atención. Pero hay que tener muy claro que, la mayoría, tienen entre 7 y 8 años y que requieren unos cuidados especiales porque son mayores", recuerda. Por lo tanto, solo se entregan a esas familias que verdaderamente van a poder hacerse cargo y cuando se tiene la seguridad de que el animal estará bien atendido y que esa es la casa ideal para el perro.
Adoptantes de perros policía
Rosa Chamorro explica que el método de selección de las familias es muy riguroso. "Enviamos un cuestionario muy exhaustivo para tener una idea de cómo es la familia, qué actividades realiza en su tiempo libre, si tiene hijos o no, qué busca en un animal... Es muy importante ya que cada perro tiene unas necesidades particulares y es esencial que éstas sean satisfechas", indica.
Además del cuestionario, los socios de Héroes de 4 patas se trasladan hasta el domicilio de los futuros adoptantes para comprobar si realmente son los más aptos. "Tenemos incluso lista de espera porque no entregamos a uno de los nuestros hasta que estamos convencidos de que esa es su mejor opción", asegura.
Una vez adoptado, se realiza un seguimiento para estar seguros de que la el perro y la familia están bien. "Si hay algún problema, del tipo que sea -veterinario, por ejemplo- les ayudamos. Y si es necesario que un experto en comportamiento les eche una mano, también se lo proporcionamos", asegura Rosa Chamorro.
Jubilados y olvidados
Pero no solo hay perros guía o policía jubilados. También los hay de caza, hembras que han sido utilizadas para cría indiscriminada y después abandonadas, perros pastores... Son muchos los animales mayores que acaban en protectoras y perreras municipales a la espera de encontrar un hogar. Desafortunadamente, tienen más difícil su adopción, debido a su edad. Sin embargo, llevarse a casa un perro mayor tiene, sin duda, grandes beneficios.
Son perros más tranquilos, en general más dóciles, se conoce cómo es su carácter, se puede encontrar al animal más apropiado para cada familia y, sobre todo, nuestra satisfacción será mayor al haber dado la oportunidad a un animal que otros no han querido. Además, "la gratitud, la amistad, el agradecimiento y el más puro amor, lo verás reflejado en la mirada de ese ancianito que espera ser adoptado. Pocas cosas en la vida llenarán tanto tu alma como encontrar esa mirada", concluye Yolanda, de ASCAN (Asociación Solidaria Conciencia animal). ¿Te animas a adoptar a un jubilado?