No te confundas: no todo lo vegano es sano

Estamos en una sociedad en la cual todo lo que está de moda se intenta explotar al máximo y la nutrición, más concretamente todo lo relacionado con la dieta vegana, está siendo un claro objetivo económico de la industria alimentaria. Por una parte, es comprensible que las empresas busquen negocio donde existe una mayor demanda por parte del consumidor, y es cierto que los alimentos 'veganos' tienen cada vez mayor acogida; pero, ¿son garantía de que nuestra alimentación sea más saludable?

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Obviamente, no. En muchos casos, algunos alimentos 'veganos' responden a un modelo productivo que no dista mucho del fast food que todos conocemos: fácil de preparar y fácil de consumir. Hablo de alimentos que, aunque lleven colgada la etiqueta de 'vegano', siguen siendo alimentos ultraprocesados que, independientemente de que no contengan carne ni pescado, suelen estar formados por grasas (la mayoría de las veces de origen industrial o grasas saturadas), exceso de azúcar, sal o aditivos como conservantes. Son productos más baratos, además de insanos, que se venden como todo lo contrario.

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Existen muchos productos como, por ejemplo, las salsas de soja, embutidos vegetales, salchichas de soja (ricas en sal) , croquetas veganas o platos, en general, precocinados (ricos en grasas poco saludables). Otro ejemplo son las leches vegetales, que se han popularizado como sustitutas de la leche de vaca, y las cuales son mucho más ricas en azúcares.

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El problema, como siempre, viene cuando sustituimos estos alimentos por los alimentos básicos de nuestra alimentación mediterránea; ya que, de esta manera, estaremos dando lugar a un menú variado pero poco saludable. Por ejemplo, personas que incluyan estos alimentos como sustitutivos de verduras y frutas considerándolos por igual, y que el resto de la alimentación sea totalmente desequilibrada. Personalmente creo que se ha pasado de poder hacer una dieta vegetariana altamente nutritiva y saludable, que con la combinación exacta de nutrientes puede ser hasta completa (aunque desde mi punto de vista, lo ideal sería si aportásemos leche y huevos para asegurarnos ciertos nutrientes), a una dieta que podemos considerarla poco nutritiva por la pérdida de muchos nutrientes en la elaboración de los productos e, incluso, poco saludable por la incorporación de otros nada sanos.

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Por ello, quiero insistir que, para conseguir una dieta vegana 100%, solo basta con introducir en la alimentación verduras y frutas frescas, cereales, semillas, legumbres y frutos secos, pudiendo incorporar algún alimento procesado esporádicamente para facilitar y variar el menú, pero evitando todo alimento cocinado con exceso de grasas, azúcares o sal que provocan la pérdida de la calidad del producto y, en consecuencia, lo hacen poco saludable.

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