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¿Puedo hacer deporte si estoy embarazada?

La gestación es una etapa en la vida de la mujer en la que debe cuidarse más y mejor. La dieta y el ejercicio controlado son dos maneras de hacerlo. Hay que evitar, sin embargo, algunos deportes que pondrían la vida del feto en peligro.


4 de junio de 2018 - 13:37 CEST

El embarazo es una situación fisiológica transitoria y normal en el curso de la vida de muchas mujeres, y suele ser más frecuente en aquellas sanas y jóvenes. Si cursa sin contratiempos, no debe alterar el ritmo de vida previo al embarazo y lo recomendable es continuar con las mismas rutinas y actividades físicas e intelectuales que se tenían. A medida que el embarazo avanza y el peso y el volumen aumentan, será necesario irse adaptando a la nueva situación.

La gestación suele durar nueves meses durante los cuales se producen cambios muy notables en la anatomía, la fisiología, el metabolismo y el psiquismo femenino. Si se practicaba deporte previamente al embarazo, y de forma habitual y continuada, es conveniente consultar con el ginecólogo si se puede seguir realizándolo, hasta qué fecha y a qué nivel.

Ejercicio físico en el embarazo

Hacer ejercicio físico durante el embarazo es siempre saludable. Su intensidad, tipo y duración vendrán inducidos y aconsejados por el que se practicaba antes, pero si este se realiza con prudencia y control, siempre será una fuente de beneficios.

En general, se recomienda que la embarazada realice de 20 a 30 minutos de ejercicio físico moderado tres o cuatro días por semana. Con esta frecuencia y duración se lograrán sus propiedades saludables:

  • Mejora el rendimiento cardiovascular y la oxigenación de los tejidos.
  • Ayuda a controlar la ganancia de peso.
  • Potencia la fuerza muscular, fortalece el suelo pélvico y mejora la corrección postural.
  • Controla la tensión arterial y la posibilidad de diabetes gestacional.
  • Ayuda a dormir mejor, estar más relajada y a mejorar el estado de ánimo.
  • Reduce el número de cesáreas y acorta el tiempo de recuperación postparto.

Lee: Cómo afecta el ejercicio a la fertilidad de la mujer

Preparación para el parto

Muchos centros deportivos y gimnasios dan clases de gimnasia a las embarazadas que están dirigidas por monitores especializados. Estas clases orientan su actividad en la educación y el control de la respiración, la relajación y la fuerza de los músculos que intervienen en el parto.

Las mujeres sedentarias o que practican ejercicio físico ocasional son las que más se benefician de estos programas específicos y de las tablas de gimnasia de preparación al parto. Éstas centran su acción en fortalecer brazos y piernas, hacer abdominales, y fortalecer la espalda y el suelo pélvico.

El inicio de este tipo de actividad será siempre individualizado, dirigido y controlado por el ginecólogo, que valorará el nivel y posibilidades y controlará la actividad a lo largo de la gestación.

Lee: Laura M. Flores y sus clases de preparación al parto

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Recomendaciones

Durante la realización de ejercicio físico en el embarazo, es importante que se mantenga un buen estado de hidratación, bebiendo agua, aunque no se tenga sed, antes, durante y después del ejercicio. Nunca hay que llegar a un nivel extenuante y hay que descansar cuanto sea necesario.

Por otro lado, se aconseja utilizar ropa holgada y transpirable y un calzado deportivo flexible y seguro. Son muy necesarios los ejercicios de calentamiento previo y los estiramientos y de relajación, al terminar las sesiones.

Deportes recomendables si estás embarazada

Los deportes más recomendables durante el embarazo son aquellos de predominio aeróbico que estimulan la función del corazón y los pulmones. Como ejemplos más significativos están la marcha o el paseo y la natación. Treinta minutos diarios de paseo o de piscina mejoran el estado físico de la embarazada y son muy beneficiosos para la preparación al parto. El yoga y la gimnasia son también se recomiendan.

Por el contrario, deben evitarse aquellos deportes de contacto, de equilibrio con riesgo de caídas, o si se practican sobre superficies duras o quebradas. También si precisan de saltos, giros y movimientos violentos, o si fuerzan la musculatura y aumentan la presión abdominal.

Cualquier deporte que genere hipoxia (falta de oxígeno en la sangre) y que pueda producir una disminución de la oxigenación fetal, por contracción de la musculatura abdominal o por maniobras respiratorias forzadas, tampoco deban realizarse.

Baloncesto, balonmano, voleibol, equitación, esquí, deportes de raqueta, golf, artes marciales, boxeo y buceo son algunos ejemplos de los deportes no recomendables durante el embarazo.

Lee: Embarazo y deporte: yoga con tu bebé, by Pilar Rubio

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