Alimentos prohibidos, si quieres reducir los niveles de colesterol
Eliminar una serie de productos de nuestra dieta es un factor fundamental para reducir los valores
El colesterol es una sustancia que se encuentra de forma natural en el organismo y resulta esencial para el correcto funcionamiento de nuestras células. Sin embargo, y pese a ser totalmente necesario, las cifras elevadas de este tipo de esterol en la sangre pueden tener consecuencias perjudiciales para la salud. Las cifras son alarmantes y, según los últimos datos publicados por la Fundación Española del Corazón, un 20% de los españoles mayores de 18 años tiene un nivel de colesterol demasiado alto (por encima de los 250 mg/dl). Unos valores que pueden reducirse con un estilo de vida saludable basado en una rutina de ejercicios físicos y, sobre todo, en una dieta equilibrada que evite los denominados alimentos 'prohibidos', que en su propia composición incluyen abundante grasa perjudicial para el corazón.
Casquería
Los riñones, el corazón, la lengua, los sesos y especialmente el hígado, que es donde se fabrica el colesterol, son alimentos muy perjudiciales para la salud por su alto contenido en grasas saturadas. Los productos derivados del hígado, como el paté y el foie, están también prohibidos.
Mariscos
Aunque pueda parecer todo lo contrario, los alimentos bajos en grasas pueden ser ricos en colesterol. Es el caso de la inmensa mayoría de crustáceos, como las cigalas, las gambas, los cangrejos o la langosta, y las huevas, como el suculento caviar. Sin embargo, otros mariscos de concha, como los mejillones, las almejas, los berberechos o las ostras, además de ser una magnífica fuente de hierro, aportan una menor cantidad de colesterol y son perfectamente compatibles con un estilo de vida saludable.
Carne roja
Al igual que ocurre con la casquería, la carne roja es otro de los grandes enemigos del colesterol por su alto contenido en grasas saturadas. Es recomendable optar por una carne blanca, como la de pollo o pavo, y eliminar cualquier tipo de carnes procesadas de nuestra dieta, como las hamburguesas y las salchichas. Tampoco es recomendable la ingesta de embutidos grasos, como el chorizo, el salchichón o la mortadela.
Lácteos enteros
La leche desnatada o cualquier bebida vegetal (sin azúcares añadidos) se contemplan como las mejores alternativas a la leche entera. Lo mismo ocurre con los yogures enteros, que deben ser sustituidos por desnatados naturales. Los quesos altos en grasas, como el queso curado, el gouda o el cheddar, deben remplazarse por quesos frescos y descremados. Por último, se debe eliminar el uso de la mantequilla y apostar por los beneficios del aceite de oliva, uno de los emblemas de nuestra dieta mediterránea, que reduce el colesterol LDL (malo) y aumenta el HDL (bueno).
Bollería industrial y otros procesados
Azúcares, aditivos, grasas trans, harinas refinadas… La bollería industrial es el principal enemigo de cualquier dieta y debe ser eliminada de la despensa, al igual que el resto de productos procesados. Especialmente, aquellos que podemos encontrar en la sección de congelados, como pizzas, barritas de pescado... Que se alejan del origen del alimento.
Los fritos
Es recomendable cocinar los alimentos de la forma más saludable posible, es decir cocidos, al vapor o a la plancha. Las frituras y rebozados elevan la ingesta de grasas trans y calorías, independientemente del producto que se esté cocinando. El problema empeora si, además, los productos vienen hechos de fábrica.