Ejercicios de terapia de pareja que podéis realizar en casa
En cualquier relación de pareja se atraviesa por momentos malos y no siempre sabemos qué podemos hacer para salir de esa situación.
Todas las parejas atraviesan por crisis en determinados momentos de la relación, pero todo mal momento puede solucionarse y superar con éxito si por ambas partes existe la voluntad de que así sea. Si en este momento te encuentras en una crisis de pareja y sientes que no hay forma de salir de ella, presta atención a los ejercicios que os proponemos a continuación, porque pueden seros de gran ayuda para dejar atrás esta situación y que podáis volver a disfrutar de vuestra relación.
Mira a tu pareja como si fuera un desconocido
A veces dejamos de relacionarnos con la persona que tenemos al lado y lo hacemos con la imagen interior que se ha formado en nuestra cabeza con el tiempo. De esta manera vivimos en el pasado, en lugar de actualizarnos con cada nuevo día. Para redescubrir quién es tu pareja, te proponemos un ejercicio de imaginación: aprovecha aquellos momentos en que la otra persona esté ocupada en algo o despistada mientras camina por la calle o se mueve por la casa y obsérvala como si la vieras por primera vez. Fíjate, como si de un desconocido se tratase, en su forma de moverse, sus gestos, su manera de hablar, y descubre aquellas cosas que no te habías permitido ver desde hacía tiempo. Abre tu percepción a cada instante nuevo y no des a tu pareja por supuesta. Si tú logras redescubrirle, él podrá recibir esta nueva percepción y os sentiréis renovados, como si cada día fuera un nuevo comienzo.
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Yo soy tú y tú eres yo
Las discusiones de pareja, sobre todo si son frecuentes, pueden acarrear serios problemas a nuestra relación. Muchas veces la causa de estas discusiones es la falta de empatía hacia los sentimientos del otro. Y es que, si estás en medio de una discusión, es porque sientes que tu pareja no te está entendiendo, ya sea hablando de temas de trabajo, de la educación de los hijos o de vuestra relación.
Pero ponerse en el lugar del otro no resulta fácil la mayoría de las veces y puede precisar de práctica. Para lograrlo te proponemos el siguiente ejercicio: después de una discusión en la que no habéis conseguido llegar a un entendimiento, vais a hacer el esfuerzo de repetir esa misma discusión, pero ahora os intercambiaréis los roles, y cada uno hablará y argumentará desde el punto de vista del otro. Este ejercicio nos da una perspectiva acerca de cómo percibe y siente el otro una determinada situación. Si realizáis este cambio de roles con frecuencia, os será cada vez más fácil ponerlos en el lugar del otro y entender cómo se siente. Así vuestras discusiones serán cada vez más breves y menos frecuentes.
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Haz una lista de agradecimientos
Ser capaces de dar las gracias, en general, nos hace más felices sean cuales sean las circunstancias de nuestra vida. Además, pensar que otras personas se sienten agradecidas por algo que hemos hecho nosotros refuerza nuestra autoestima y repercute en nuestro bienestar físico y emocional. Destinad un tiempo, cada uno por su lado, a hacer una lista con todas las cosas que ha hecho tu pareja y te han gustado o te han hecho sentir bien. Fíjaos en los pequeños detalles, no son necesarias grandes acciones para ver las cosas buenas que el otro es capaz de hacer. Compartir esta lista será muy beneficioso para ambos y vuestros vínculos afectivos saldrán reforzados.
Haced planes (y cumplidlos)
Puede parecer evidente que compartimos tiempo de calidad con nuestra pareja, pero lo cierto es que muchas veces olvidamos reservar un tiempo para el ocio y la diversión, en el que las obligaciones y la rutina queden momentáneamente aparcadas. El ejercicio que debéis hacer es muy sencillo. Se trata de hacer planes a corto plazo y que sean posibles de realizar. Entre los dos elaborad una lista con, al menos, 5 cosas que os gustaría hacer juntos y proponeos cumplir una al mes.
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Podéis tacharlas de la lista según se hagan para ir añadiendo cosas nuevas, o dejarlas si os ha gustado tanto que querés repetir. Es muy posible que no compartamos todas las aficiones, pero es el momento de que seáis partícipes de aquellas cosas que le gustan a la otra persona para conocerla mejor y, de paso, descubrir nuevas actividades que, por qué no, podrían hasta gustarnos.