Desde que se anunciara de manera oficial su compromiso con el príncipe Harry y, sobre todo, desde su boda el pasado 19 de mayo, la vida de Meghan Markle ha dado un giro radical. Sometida a un estricto protocolo, han sido muchas las cosas a las que ha tenido que renunciar al pasar a formar parte de la Familia Real británica, entre ellas, su carrera como actriz. Pero de lo que la Duquesa de Sussex no ha querido prescindir en esta nueva etapa ha sido de la compañía de sus mascotas o, por lo menos, de la de una de ellas. Gran amante de los animales, Bogart y Guy son los dos perros que adoptó hace tiempo en un refugio y los compañeros inseparables con los que convivía en su apartamento de Toronto, ciudad canadiense a la que se trasladó por el rodaje de la serie que protagonizaba, Suits.
Ella misma hablaba de ellos orgullosa durante su primera entrevista en pareja realizada por la presentadora de la BBC, Mishal Husain. "Tengo dos perros y los tengo desde hace tiempo, a ambos los rescaté cuando eran cachorros. Uno se está quedando con unos amigos muy cercanos (Bogart) y mi otro pequeñito está aquí, está en Reino Unido desde hace un tiempo", declaraba la californiana refiriéndose a Guy, el simpático beagle al que los medios internacionales ya se refieren como la nueva 'alteza real canina'.
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'Cuento de hadas' canino
La historia de cómo Guy se salvó de ser sacrificado para ser trasladado a una organización canadiense, A Dog’s Dream Rescue (donde Meghan tuvo un flechazo a primera vista con él) ha dado la vuelta al mundo en las últimas semanas. Desde entonces han transcurrido tres años y, ahora, su nuevo hogar está en el Palacio de Kensington, donde vive rodeado de todo tipo de lujos y cuidados. Incluso, se rumorea que es el nuevo compañero de juegos de los corgies de la reina Isabel, junto a la que fue visto compartiendo el asiento trasero de su coche, un día antes de la boda de los duques de Sussex, saliendo del Palacio de Buckingham. Un particular ‘cuento de hadas’ para un perro callejero que fue abandonado en un monte de Kentucky cuando apenas era un cachorro.
Difícil separación
Desgraciadamente, Bogart, su viejo pastor alemán, no ha corrido la misma suerte que su compañero. Sin duda, una de las decisiones más duras que Meghan se ha visto obligada a tomar tras mudarse a Londres ha sido la de tener que dejarle atrás para emprender su nueva vida como miembro de la realeza. Al parecer, es demasiado mayor para viajar y la joven no tuvo más remedio que dejarle en Estados Unidos al cuidado de unos buenos amigos, según explicó hace unos meses Jason Knauf, el Secretario de Comunicación de Harry.
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