Sin duda la amistad es una de las mejores cosas que nos pueden suceder en la vida. En la infancia y en la adolescencia, los amigos llegan a ser el centro de nuestro universo. Pero con el paso de los años es normal que nuestro círculo más íntimo de amigos se reduzca y aparezcan los amigos especializados (trabajo, gimnasio, clases de inglés…).
Sean del tipo que sean, no descuides a tus amigos y rodéate de gente que te aprecie y te haga sentir bien. Porque hay estudios que afirman que los amigos son necesarios para nuestro desarrollo, nuestra salud emocional y nuestro bienestar mental y físico. Así que haz hueco en tu agenda y disfruta de ellos siempre que puedas.
Reducen el estrés
No dudes en llamar o escribir a esa amiga para compartir con ella tus alegrías y tus miedos, o simplemente para poder hablar con alguien de cómo ha ido el día. Una dosis diaria de amistad ayuda a reducir el estrés acumulado. Solo el hecho de tener a alguien con quien poder comunicarte, y sentir su apoyo, disminuye la angustia vital que puede llegar a invadirnos en ocasiones.
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Fortalecen el corazón
Tener buenos amigos en tan saludable para tu corazón como realizar ejercicio físico. Eso concluye un estudio realizado en la Universidad de Duke, en Estados Unidos, según el cual las personas que tienen buenas relaciones de amistad con otras personas gozan de una mejor salud cardiovascular.
Alivian el dolor
Por sorprendente que parezca, los amigos no solo reducen nuestro dolor emocional cuando nos sentimos tristes, sino que también pueden ayudarnos a reducir el dolor físico. Según una investigación publicada por la Psychosomatic Medicine, cuando estamos junto a una persona que consideramos cercana nuestra percepción del dolor se reduce.
Prolongan la vida
En el año 2010, un grupo de investigadores del Reino Unido recopiló 148 estudios, que incluían a 300 mil personas, para encontrar alguna relación entre las relaciones sociales y la muerte. Las conclusiones dejaban constancia del estrecho vínculo entre soledad y muerte: cuanto más sólidas y prolongadas eran las relaciones sociales, más tiempo vivían esas personas.
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Aumentan la agudeza mental
Tener una vida social activa puede proteger tu cerebro a medida que nos hacemos mayores, según un informe del Consejo mundial sobre la salud cerebral. La interacción humana es un factor que estimula el cerebro. El solo hecho de sostener una conversación o pensar en una realidad diferente a la propia dinamiza la actividad cerebral.
Ayudan a evitar la obesidad
Hay teorías que sostienen que cuando una persona se siente vulnerable su peso aumenta como forma de defensa. Pero parece ser que la amistad es un factor de compensación emocional tan alto como la comida. Por eso, si estás rodeado de amigos, es más difícil que sientas la necesidad de comer compulsivamente. Esto parece ser así desde los primeros amigos de la infancia: un niño prefiere ir a jugar con sus amigos antes que quedarse en casa comiendo, normalmente, por aburrimiento.
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Nos aportan equilibrio emocional
Los humanos somos seres sociales por naturaleza, y cuando estamos privados de amistad nuestro equilibrio mental se ve afectado. Los amigos aumentan nuestra autoestima y nos hacen sentir bien en los malos momentos. Porque pocos son los problemas que no mejoren con un buen amigo a nuestro lado.