Cada cuanto hay que bañar a un perro es una pregunta muy común que se hacen muchos propietarios. La respuesta es sencilla: lo ideal es no hacerlo más de una vez al mes. Los perros tienen una grasa en la superficie de su piel que les sirve de aislante y les protege. Si los baños son muy frecuentes, este manto desaparece, exponiéndoles a las agresiones externas.
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Para bañar a un animal de compañía, es imprescindible utilizar champús especiales para perros que no tengan agentes irritantes en su composición y que estén adaptados a su pH de la piel, que es diferente al de los humanos.
"El tipo de champú que debemos utilizar en nuestro perro variará dependiendo del tipo de pelo, condiciones en las que esté y acabado que queremos dar. Pero cualquiera de ellos debe reunir unas cualidades obligatorias sobre el pH. Este debe estar entre 7 y 7,5. Otra de las cualidades a tener en cuenta es la calidad: debemos utilizar champús creados con bases de siliconas que protegen el pelo y la cutícula; las bases de aceites pueden perjudicar en el futuro la piel de nuestro perro. Y, lo más importante, debemos acondicionar debidamente y siempre el pelo de nuestro perro; eso permitirá mantener una piel y un pelo sano y brillante", recuerda Miki Lluch Blanco, director del departamento de formación, cosmética y gestión de las peluquerías caninas Luzcan en Tiendanimal y campeón de España en Peluquería canina del año 2016 y 2018. "Este bálsamo que se aplica tras el aclarado podría asemjarse a una mascarilla para nosotros", añade Ana Anglada, veterinaria miembro de la junta de la Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañía (AMVAC).
Por otro lado, "existen champús específicos para pieles dañadas o evitar problemas, así como productos en forma de spray cuyo principal cometido es crear un efecto calmante, evitando irritaciones o eliminándolas, ya sea por cepillados con excesiva fricción, cuchillas que rasuran en exceso o por un problema de piel por enfermedad", señala Miki Lluch.
¿En qué consiste el baño en seco?
El baño en seco es un tipo de lavado que puede aplicarse en perros mayores o enfermos o en circunstancias que requieran rapidez. "El champú en seco es un tensioactivo que sólo debemos utilizar en ocasiones extremas, ya que no da la misma calidad y eficacia que los champús tradicionales. El efecto es simple: aplicamos la espuma en el pelo, esa espuma envuelve la suciedad mientras dejamos secar y, una vez seco, cepillamos eliminando la espuma conjuntamente con la suciedad", explica el peluquero canino.
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¿Puedo bañar a un cachorro?
Sí, por supuesto. Pero "lo ideal es esperar a cumplir con su calendario de vacunación, es decir, bañar al cachorro después de los tres meses, sobre todo si va a ir a una peluquería canina donde puede estar en contacto con otros animales", recuerda la veterinaria. Además, "a la hora de bañar a un cachorro, así como a un perro adulto, es muy importante secarle muy bien para evitar que desarrolle problemas respiratorios", indica.
Por otro lado, la temperatura del agua debe ser templada y el champú especial para cachorros. Si vamos a bañarle en casa, podemos utilizar un barreño con una una toalla o una alfombrilla en el vaso y así evitar que se resbale y coja miedo. "Evitar que tenga una mala experiencia es esencial", advierte la veterinaria. "Si el primer baño es estresante, será un suplicio el resto de su vida. Por el contrario, si la primera vez se le trata con cariño, juegos y haciendo que sea una experiencia buena, no tendrá ningún problema de adulto. De ahí que la elección de la peluquería sea, también, un aspecto importante a la hora de bañar a un perro", apunta.
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Trucos para evitar el miedo al agua
Como hemos mencionado, debemos intentar que el baño sea relajante para que no se convierta en una tortura para nuestro animal de compañía. Con estos trucos podrás reducir su angustia:
- Juega con él. Antes de introducirle en la bañera o en lugar donde vas a bañarle, dedica un momento al juego y haz que el baño sea una continuación de éste.
- Palabras amables. Mientras estés bañando a tu mascota, háblale con suavidad, sin enfadarte si quiere escaparse. Demuéstrale tranquilidad para que se vaya calmando poco a poco.
- Evita resbalones. Si vas a bañarle en la bañera, evita que se resbale poniendo una toalla o un antideslizante bajo sus patas. Los resbalones producen mucha inseguridad a tu mascota y podría acabar desarrollando una fobia al baño.
- Utiliza productos de feromonas. Si ves que está muy nervioso, puedes utilizar sprays o difusores que desprenden las mismas feromonas –pero de forma sintética- que las que segrega la hembra cuando ha parido a sus cachorros. Estas sustancias les ayuda a calmarse.
- Prémiales. Una vez terminado el baño, dale un premio. El refuerzo positivo es la mejor manera de que nuestro peludo comprenda que ha hecho algo bien y quiera repetirlo la próxima vez.
- Sécales con cuidado. Si vas a utilizar el secador, procura no enfocar directamente a la cara. Muchos perros se asustan con el ruido y el chorro de aire caliente. Pon el secador a distancia y acaríciale mientras le secas.
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