Empieza el día poniéndote en forma con estos ejercicios

La primera hora de la mañana es el momento ideal para poner a punto nuestro cuerpo. Solo necesitas cinco minutos para afrontar el día llena de vitalidad.

Por Cristina Soria

Hacer ejercicio es saludable a cualquier hora del día. Pero está comprobado que una pequeña rutina nada más despertar añade una serie de beneficios a tener en cuenta:

  • Mayor constancia: según diversas investigaciones, las personas capaces de ponerse en marcha al despertar son más regulares a la hora de mantener hábitos que las personas que se ejercitan en otro momento del día.
  • Te llenas de energía: no vas a necesitar tres cafés para notar cómo se te activa la mente y el cuerpo. Con un poco de ejercicio tendrás una sensación prolongada de energía que te permitirá afrontar el día en muy buenas condiciones.
  • Te ayuda a controlar tu apetito: según un estudio de la Universidad estadounidense de Brigham Young, hacer ejercicio a primera hora puede reducir la sensación de hambre que sentimos durante el día.
  • Mejora tu autoestima: sabemos que hacer cualquier actividad nada más levantarte puede suponer un gran esfuerzo, sobre todo si solo depende de ti hacerla o no. Por eso, cada día que consigues cumplir tus objetivos te sientes inevitablemente satisfecha y con mayor capacidad para afrontar cualquier reto diario.

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Con estos sencillos ejercicios no te costará encontrar unos minutos cada mañana para ponerte en forma y sentirte cada vez mejor:

Desperézate

Considéralo el primer ejercicio, ya que es el equivalente la serie de estiramientos que harías en el gimnasio antes de empezar cualquier actividad. Aprovecha un buen bostezo para estirar a gusto espalda, brazos y piernas.

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Alcanza los dedos de los pies

Incorpórate, pero mantente sentada, y estira los brazos hacia delante, doblando la espalda, hasta tocar la punta de los pies. Este es un ejercicio tan sencillo como necesario. La falta de flexibilidad a partir de cierta edad implica mayor rigidez en las arterias, y ser capaz de tocarse los pies o no resulta ser todo un medidor de nuestra elasticidad.  Si aún no llegas, no te preocupes. Realiza este ejercicio cada mañana y en cuatro semanas notarás cómo ha aumentado tu flexibilidad (mientras que disminuye tu rigidez arterial).

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Rotación de cintura

Ponte de pie y  abre las piernas ligeramente a la altura de las caderas. Apoya las manos en la cintura y rótala a un lado y a otro con movimientos suaves. Con 5 repeticiones es suficiente.

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Mueve tus brazos

Ahora es el turno de los brazos. Dibuja con ellos círculos amplios, que se eleven por encima de tu cabeza en dirección hacia el interior. Haz 5 repeticiones en esa dirección y luego otras 5 hacia el exterior. Liberarás la tensión de los hombros y activarás la circulación de los brazos.

Sentadillas

Con 15 repeticiones de las clásicas sentadillas pondrás a tono el tren inferior. Si no estás habituada a hacerlas ponte junto a la cama, de espaldas a ella, o junto a una silla. Abre las piernas a lo altura de las caderas y extiende los brazos hacia delante a la altura de los hombros. El movimiento que hacemos es el de sentarnos pero sin llegar nunca a apoyarnos. Cuando creamos que vamos a rozar el asiento, volvemos a la posición inicial.