El final de una relación nos sume en un inevitable estado de dolor y tristeza que, por suerte, tiene los días contados. Ten paciencia, porque volverás a amar, más y mejor, y todo lo que estás viviendo ahora te servirá para hacerte más fuerte y más sabia. Estas son algunas de las cosas más importantes que aprendemos cuando el amor termina:
Necesitas tu propio espacio
Tener pareja no debe limitar el crecimiento individual de cada uno de los miembros de la pareja. Permitir que cada uno de los dos disponga de su propio espacio personal es una de las mayores muestras de amor, confianza y complicidad. Sé tú misma, mantén tu identidad, tus relaciones sociales y tus aspiraciones personales. Si te sientes bien contigo misma podrás fortalecer los vínculos con tu pareja.
Leer: Cuatro libros para mejorar tu autoestima
Cuida a tus amigos
Tras una separación, los amigos son ese gran apoyo que aparece cuando más lo necesitas,aunque hayas descuidado la relación con muchos de ellos. Disfrútalos al máximo, y cuando el amor vuelva a tu vida y comiences una nueva relación, no los dejes de lado porque, como es sabido, quien tiene un amigo tiene un tesoro.
Las mariposas en el estómago no son eternas
El estado de enamoramiento que acompaña el principio de una relación produce un sinfín de sensaciones maravillosas que resultan muy adictivas. Y es que, entre otras cosas, el cerebro genera una mayor cantidad de dopamina que te produce una inigualable sensación de bienestar. Pero este estado tiene una duración que oscila entre los seis meses y los dos años, y no significa que el amor haya muerto. Pasado ese tiempo, nuestro cerebro vuelve a la calma y es el momento de disfrutar de una nueva etapa en la relación basada en la estabilidad y la confianza.
Leer: Estar enamorado, ¿bueno para tu corazón?
No perteneces a nadie
Ni nadie te pertenece a ti. A veces una relación falla porque uno de los miembros cree tener poder sobre otro. Para que una relación funcione, el respeto y la confianza son fundamentales, así que sé libre y no dejes que nadie te controle. Si eres tú la que ejerce ese control sobre el otro, intenta pensar qué te hace comportarte así y habla de ello con tu pareja para solucionarlo.
Realízate
Destierra la idea de la media naranja y de que necesitas a esa otra persona para completarte y hacerte feliz. Tú estás completa, con o sin pareja, y solo precisas de ti misma para autorrealizarte, cumplir tus sueños y ser quien quieras ser.
Leer: Discusiones de pareja: ¿Son algo normal o significan que la relación fracasa?
No trates de cambiar a nadie
Ni dejes que te intenten cambiar. Y esto no quiere decir que el cambio sea malo, al contrario. Pero no debe surgir por la imposición de nuestra pareja. Los cambios deben surgir desde dentro porque son un proceso individual que parte de experiencias y reflexiones profundas, y en las que nadie puede intervenir.
Irse y dejar ir
A veces, nos aferramos a una relación por el miedo que da afrontar la soledad. No te dejes vencer por el miedo y escucha a tu corazón para saber si realmente quieres continuar en la relación. Si no es así, no te desanimes, una ruptura te pone al principio de un camino repleto de cosas buenas para ti.