La moda también puede (y debe) ser sostenible
Todos los grandes de la moda se han lanzado a crear sus propias colecciones ecos, porque vestirse ya no es solo una cuestión estética. Ahora queremos comprar con principios.
Es un hecho: la ropa se nos acumula en el armario. Cuando haces limpieza por el cambio de temporada estacional seguro que se te pasan por la cabeza cosas como “en qué estaba pensando para comprarme esta camisa” o “creo que solo me he puesto esta falda una vez (o ninguna)”. Y es que la industria de la moda ha propiciado un tipo de consumo, conocido como fast fashion, ligeramente compulsivo y en gran medida innecesario que, además, es muy contaminante y dañino para el medio ambiente. La moda sostenible o slow fashion surge para dar respuesta a este tipo de consumo.
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Cuando hablamos de moda sostenible nos referimos a aquella que tiene en cuenta al medio ambiente y quiere dejar la menor huella posible en nuestro planeta. Y eso se consigue consumiendo ropa hecha a partir de materiales orgánicos o reciclados, sin producir residuos y que se confecciona en talleres locales en los que se garantizan sueldos dignos. Preocuparnos por qué tipo de ropa llevamos forma parte de una vida cada vez más concienciada. Ya no solo te interesas por reciclar o comer de la manera más respetuosa con el medio ambiente que sea posible, también quieres vestir de forma sostenible. Y es que, cada vez que compras una prenda eco, ocurren muchas cosas buenas:
Cuidamos el medio ambiente
Reducimos el gasto de agua que exige la fabricación de ropa low cost, pensada para el consumo masivo. No se emplean materiales tóxicos y el ritmo de producción es más lento, por lo que se fabrica menos ropa. Y menos ropa significa menos residuos que se acumulen y perjudiquen el medio ambiente. También ayudas a combatir el cambio climático porque, al fabricarse en talleres locales, las prendas no tienen que atravesar grandes distancias en carretera o avión para llegar hasta ti.
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Mayor calidad
La moda sostenible está hecha para durar, con tejidos de alta calidad y con una elaboración muy cuidada. La calidad de sus materiales, libres de productos tóxicos, también es beneficiosa para tu piel, ya que la libra de posibles reacciones alérgicas.
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A lo mejor no es tan caro
Quizás uno de los grandes “peros” de la ropa sostenible es que su precio es superior al de una prenda similar comprada en una tienda low cost. Pero al tener la calidad de la que hablamos, se trata de prendas que no duran una única temporada (ni dos, ni tres…), por lo que, en realidad, la inversión que haces ropa es mucho menor. Además las marcas de moda sostenible fabrican pocas unidades de cada modelo, por lo que gozarás de diseños más creativos y exclusivos.
Hasta hace unos años no resultaba fácil comprar ropa que te garantizara ese proceso sostenible. Pero, a día de hoy, la cosa ha cambiado y, solo en España, hay decenas de marcas nuevas que crean y diseñan con valores éticos, que crean ropa accesible e incluyen las tendencias de las grandes marcas. Ecoology, My faldas, Mora Efron o Lifegist son algunas de las marcas españolas que nacen con el propósito de hacer de nuestro planeta un lugar mejor.