Pero también a la inversa: nuestro estado de salud puede ser determinante para que nos sintamos más o menos felices. Así, el investigador Meik Wkiking, quien lleva años al frente del Instituto de Investigación sobre la Felicidad de Copenhague -y es autor de varios superventas como Hygge. La felicidad en las pequeñas cosas-, establece en sus estudios cómo las personas que viven con psoriasis –una enfermedad autoinmune y dermatológica crónica- son menos felices que la población general.
Estas investigaciones han dado lugar al proyecto PsoHappy, que recaba datos de cerca de 50.000 personas de más de cuarenta países de todo el mundo, y que muestra que vivir con una enfermedad crónica tiene una repercusión en la calidad de vida de una persona. En concreto, según el informe presentado por el Hapiness Research Institute y Leo Innoavtion Lab, las personas que viven con psoriasis grave llegan a presentar en algunos países un 30% menos del nivel de felicidad que sus conciudadanos.
“Es sorprendente ver que Noruega y Dinamarca, que han sido recientemente nombrados como los países más felices del mundo en los dos informes anuales de Naciones Unidas, tenían las mayores brechas de felicidad entre los que viven con psoriasis, en comparación con otros países de nuestra investigación”, apunta Meik Wiking. “Había grandes brechas similares en otros países que han obtenido constantemente una puntuación alta en el índice de felicidad global de las Naciones Unidas, por lo que podría indicar que el impacto negativo de las enfermedades crónicas puede estar volando bajo el radar político de sociedades que, de lo contrario, serían sanas y felices y dejando a la gente atrás”.
Cómo afecta la psoriasis a nuestra felicidad
La psoriasis es una enfermedad que afecta física, emocional y psicológicamente, sobre todo a las mujeres quienes, según el estudio, evidencian un impacto mayor que los hombres y niveles más altos de estrés y soledad a causa de esta dolencia.
Pero existen muchos factores más que entran en juego y condicionan la calidad de vida y felicidad de las personas que tienen que convivir con psoriasis:
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- Los diversos síntomas de la psoriasis como, por ejemplo, las costras, el picor o los problemas para caminar, tienen diferentes efectos en la felicidad. Mientras que las placas se asocian con un 11,7% de los niveles más bajos de felicidad, “los problemas para caminar debido a la psoriasis” se asocian con el 22% de dichos niveles, en comparación con la población media.
- Los niveles de felicidad de las personas con psoriasis también están relacionados con la parte del cuerpo afectada por la psoriasis. Así, el estudio determina que la psoriasis en el cuero cabelludo está relacionada con una brecha de felicidad del -7,2%; mientras que tener psoriasis en los genitales tiene un efecto en la felicidad del -12,9%. Esto puede deberse al hecho de que la psoriasis situada en las zonas íntimas del cuerpo puede originar retos físicos o psicológicos que influyen en la vida amorosa de las personas que la padecen.
- El estrés es el mayor indicador psicológico de infelicidad para las personas con psoriasis. Así, el 60% de los encuestados afirmaron que en sus vidas diarias se sienten angustiados desde un grado moderado hasta un grado medio. Además, en todos los países, el nivel medio de estrés que tienen las personas con psoriasis supera el de la población general de los Estados Unidos (15,2 en una escala de 0 a 40).
- La soledad también es uno de los puntos clave según el informe, que apunta a que un 33% de las personas que tienen psoriasis se encuentran en una situación de soledad –lo que influye en sus niveles de felicidad-.
La clave para sobrellevar la enfermedad
Mejorar el entendimiento sobre cómo la psoriasis afecta al bienestar parece ser la clave para reducir las brechas de felicidad. Especialmente, cuando se trata de aspectos de salud mental como, por ejemplo, el estrés y la soledad. Por ello, es fundamental que la persona con psoriasis se sienta respaldada y comprendida por su entorno, pero también por los profesionales sanitarios.
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