A principios de este año la Universidad de Harvard publicaba un listado con las mejores dietas del mundo, como resultado de un estudio que analizaba 38 regímenes de alimentación diferentes. Dicho estudio determinaba que, junto a la dieta DASH, la Mediterránea era la mejor del mundo.
¿Qué beneficios ofrece?
A la hora de decidirnos por una dieta son muchos los factores que hemos de tener en cuenta y la mediterránea posee todos los beneficios que podemos desear:
- Ayuda a reducir peso: según numerosos estudios, más del 80% de la población inicia una dieta con el principal objetivo de adelgazar. La dieta mediterránea nos garantiza hacerlo de la forma más saludable posible.
- Mejora el funcionamiento del cerebro y el corazón: los protege del envejecimiento y ayuda a mantener la mente alerta.
- Previene el desarrollo de diabetes, y se considera la más efectiva para controlar los niveles de glucosa de las personas que padecen diabetes del tipo 2.
- Reduce las posibilidades de padecer cáncer
Además de estos múltiples beneficios, no debemos olvidar el privilegio que supone contar con todos los alimentos que componen la dieta mediterránea al alcance de nuestra mano, ya que España se considerada la gran abanderada de esta alimentación.
¿En qué consiste la dieta mediterránea?
Más que una dieta alimentaria se la considera un estilo de vida, que contempla tanto la alimentación como el ejercicio físico y el clima que comparten los países colindantes con el Mediterráneo.
En términos de alimentación se basa en reducir el consumo de carnes de todo tipo (especialmente carne roja), hidratos de carbono y azúcares. Los productos lácteos y el vino también habrían de tomarse con moderación, aunque no se elimina ninguno de ellos. En el caso del vino, se recomienda tomarlo en las comidas.
En cambio, favorece el consumo de los siguientes alimentos:
- Verduras (preferiblemente de temporada) y legumbres. La verduras contienen agua, minerales de todo tipo y numerosos antioxidantes. Las legumbre son fuente de hierro, tiene un alto valor proteico y un gran poder saciante.
- Frutas de todo tipo. Aportan agua, vitaminas, fibra y numerosos compuestos beneficiosos para el organismo.
- Pescado, tanto azul como blanco. El marisco ha de tomarse con moderación y evitar los ahumados
- Cereales integrales. Ya que son más saciantes, no añaden azúcares ni grasa y favorecen el tránsito intestinal
- Frutos secos. Son una gran fuente de minerales y ricos en grasas saludables
- Aceite de oliva virgen extra (AOVE)
Y, muy importante, no debemos olvidar incluir en nuestra rutina ejercicio físico moderado cinco días por semana. Caminar 30 minutos diarios y beber agua son unas formas excelentes de completar la dieta y hacer de ella un estilo de vida saludable.
La dieta mediterránea tiene en cuenta la tradición cultural y gastronómica de los países a los que pertenece, lo que incluye todo tipo de recetas casera que incluyan productos frescos y de calidad, y que se asocian tanto a nuestro día a día como a las celebraciones con amigos y familiares, especialmente en fechas señaladas.
En conclusión, esta dieta es una forma de vida, activa y saludable, que puede conseguir no solo que no renunciemos a disfrutar de una buena gastronomía, sino que disfrutemos de ella más y mejor.