Avances en el tratamiento de las cicatrices
Existen diferentes tipos de cicatrices. Algunas podrán atenuarse con cremas especiales. Otras necesitarán una intervención quirúrgica, láser o crioterapia.
Las cicatrices son marcas indelebles, presentes en la piel, y aparecen como consecuencia de la reacción de los tejidos ante lesiones que produjeron, en su día, separación o ruptura de sus fibras. Son la 'huella' que deja el proceso de recuperación de la integridad de la piel y los epitelios. Aunque las cicatrices están presentes en todo tipo de tejidos, son las de la piel y el tejido celular subcutáneo, las que provocan alteraciones estéticas.
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Tipos de cicatrices
El mecanismo de producción de las cicatrices consiste en una proliferación del tejido conjuntivo de la dermis y la epidermis y su aspecto puede cambiar de forma, tamaño y color a lo largo del tiempo.
Las cicatrices anormales, o consideradas patológicas, son aquellas que, como consecuencia de la calidad de la piel o de otros factores como pueden ser la vascularización o la infección, sufren alguna alteración en el proceso de cicatrización y dan lugar a lesiones cutáneas que se ensanchan, cambian de color, tienen relieve o aumentan de tamaño y extensión.
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Existen dos tipos más frecuentes de cicatrices anormales, las “hipertróficas” y los “queloides”.
Las cicatrices hipertróficas tienen relieve, son lisas o lobuladas, de consistencia firme, bordes netos e irregulares y están cubiertas por una epidermis lisa y brillante. Suelen ser, al principio, de color rosa o blanquecino, en ocasiones son sensibles al tacto, y pueden producir picor. Los queloides son muy parecidos, solo se presentan en determinadas personas, con características especiales de su piel y en las que existe una predisposición individual.
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¿Cómo borrar las cicatrices?
La resolución estética de una cicatriz variará en relación a su tamaño, localización, edad del paciente y calidad de la piel.
En principio, cualquier cicatriz se puede operar pero, en especial, aquellas que provoquen una llamativa alteración estética o un déficit funcional importante, deben ser resueltas quirúrgicamente o de otra forma.
El cirujano plástico es el que debe vigilar la evolución de una cicatriz y valorar su madurez y estado, antes de tomar una decisión. Aunque existen muchas cicatrices difíciles de resolver, los resultados finales suelen ser buenos a no ser que la calidad de la piel sea la causante o el origen de la cicatriz anormal.
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Su tratamiento quirúrgico se suele realizar con anestesia local, aunque en ocasiones sea necesaria la anestesia general. El cirujano, limpia la lesión, corta los bordes y la reconstruye utilizando puntos de seda muy finos, un tipo de sutura especial, y en ocasiones un vendaje compresivo.
Una vez operada, la cicatriz debe protegerse del sol y se masajeará con cremas especiales durante un tiempo prolongado.
Existen otros tratamientos más evolucionados y más modernos para intentar controlar las cicatrices. El láser, las inyecciones de corticoides y la crioterapia (aplicación de frío), se han mostrado muy eficaces, y de resultados estéticos muy brillantes.