La docilidad de los bichones malteses corre peligro con la sobreprotección y los mimos en exceso, pese a que es una de las razas más encantadoras y sociables que existen, su buen carácter también necesita sus cuidados para no caer en actitudes agresivas.
Elegir a tu mascota es un gran decisión. Si has elegido compartir tu casa y tu vida (y la de tu familia) con un bichón maltés es porque buscabas un perro cariñoso e inteligente, además de un animal de unas dimensiones pequeñas.
El bichón maltés es un perro hogareño, que no necesita del exterior para sentirse feliz. Su casa es su reino y buscará estar lo más pegado posible a la persona que tenga como referencia. Si tienes niños, es el compañero de juegos ideal.
Qué es el 'síndrome del perro pequeño'
Pero este perro tan dócil y cariñoso puede desarrollar problemas de comportamiento, por lo que se ha denominado como el “síndrome del perro pequeño”. Es decir, cuando mimamos tanto a nuestra mascota que el perro se convence de que es el líder de la manada, es decir, de la familia de humanos con los que convive. Si esto ocurre, el perro comienza a mostrar cierta agresividad cuando se siente cuestionado en su papel de líder.
Leer: ¿Por qué si tienes una mascota en casa irás menos al médico?
Este síndrome es común en los malteses, porque son pequeños y su carácter es tan encantador que es difícil no ceder a sus caprichos. Su apariencia de perro-peluche nos hace bajar la guardia y dejarle dormir en nuestra cama, darle comida mientras que nosotros comemos, y permitirle otros caprichos que negaríamos a perros de otros tamaños como precaución de males mayores.
Pero una vez que los bichones tienen vía libre para comportarse como un humano, pueden dejar de asumir su posición natural. Es decir, dejan de considerarse el último miembro de la familia, para creerse el primero.
Las reacciones de este síndrome del perro pequeño son muy diversas, desde gruñidos hasta morder cuando se les trata por debajo de sus expectativas como líder: si se le reprende, se le prohíbe dormir sobre nuestra cama o se le obliga a seguir unas reglas que cuestionen su posición.
Cómo corregir el comportamiento de tu pequeña mascota
Para eliminar este comportamiento de nuestro bichón debemos hacer el trabajo inverso, es decir: bajar su estatus y hacerle ver que el resto de miembros de la familia está por encima de él, incluído los invitados a nuestra casa.
Este proceso de re-educación consiste en no permitir que salte encima de los humanos, que ladre a los invitados o que rompa las reglas que le impongamos. Aunque probablemente, si hemos llegado a esta situación, es porque nosotros mismos hemos desechado las normas y el perro se siente libre de exigir dormir donde quiera y de comer la comida que estamos comiendo.
Por tanto, es muy importante no transigir en las cuestiones que creamos básicas y tenerlas muy claras. Si consideramos que el perro no debe dormir sobre nuestra cama, no debemos permitírselo nunca porque cuando lo aceptamos, aunque sea de forma excepcional, el perro considerará que puede hacerlo siempre que quiera, y los perros no atienden a excepciones, sino a hechos consumados.
Para adiestrar al perro se le debe enseñar con premios (chuches), pero nunca con castigos físicos. Cuando queramos reprenderlo hay que usar la voz, porque son lo suficientemente sensibles a los tonos firmes y comprenden fácilmente su significado.
Si sus ladridos van a más e incluso muerde a seres humanos y crees que no serás capaz de modificar este comportamiento, no dudes en pedir ayuda al veterinario o un profesional de adiestramiento de perros. Con las mascotas es mejor no perder el tiempo y cuanto antes abordes el problema más posibilidades tendrás de solucionarlo.