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Dormir menos de siete horas al día, sobre todo en los días laborales, es la tónica general de la mayoría de españoles. Así, según un estudio realizado en nuestro país entre más de 3.000 adultos, realizado por el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, los españoles dormimos menos de las horas diarias recomendadas, y es más: un 32% se despierta con la sensación de no haber tenido un sueño reparador y un 35% finaliza el día muy cansado. Mientras, otro estudio realizado en mayores de 15 años señala que el 12% de la población reconoce tener horarios de sueño irregulares. Las consecuencias ya las sabemos: sensación de cansancio, estrés y otros problemas de salud asociados a la falta de sueño, como daños en el funcionamiento cognitivo o un mayor riesgo de sufrir dolencias mayores como la diabetes, cáncer y enfermedades cardiovasculares.
Es por ello que es, antes de que la falta de sueño pueda convertirse en un trastorno de sueño crónico y derivar en otros problemas de salud más graves, hay algunas señales que nuestro cuerpo nos lanza a modo de advertencia y que no debemos pasar por alto. Toma nota de estos consejos de la experta en psicología del sueño Hope Bastine.
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- Tienes hambre constantemente. Si tu cuerpo no obtiene la energía que necesita durante las horas de sueño, puede que trate de obtenerla de otro lugar, ¡por ejemplo, de la comida! No descansar lo suficiente aumenta la producción de la hormona del hambre, la grelina, responsable en parte de nuestro apetito por los alimentos ricos en azúcares y grasas. Además, un sueño deficiente puede afectar a otra hormona, la leptina, encargada, en este caso, de regular nuestra sensación de saciedad. Por tanto, si no estás durmiendo lo suficiente, serás más vulnerable a los antojos, ya que te será más difícil interpretar las señales que emite tu cuerpo para dejar de comer.
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- Pierdes concentración y agilidad mental. El cansancio podría ser el culpable. Cuando estás cansado, estás fuera de juego y es que la falta de sueño afecta directamente a nuestro rendimiento cognitivo. Esto significa que las funciones esenciales, como la resolución de problemas, la toma de decisiones o la gestión del tiempo, se vuelven más difíciles de llevar a cabo.
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- Te sientes como si estuvieras en una montaña rusa emocional. Tus emociones también pueden verse alteradas por la falta de sueño. Por ejemplo, si has notado que últimamente reaccionas de forma diferente a situaciones que antes no te hubieran afectado igual, o que has pasando de ser tremendamente feliz a un estado de tristeza casi permanente, son signos claros de que necesitas más horas de sueño.
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- Si sueles olvidar palabras que tenías en la punta de la lengua. Dormir lo suficiente es esencial para la salud del cerebro a largo plazo. Y es que el sueño es una de las herramientas que nuestro cerebro emplea para reforzar la memoria. Por tanto, la falta de descanso puede estar jugando con tu memoria ya que, cuando estás cansado, es más difícil formar recuerdos.
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- De repente sientes como si te volvieras más torpe. Tus emociones no son las únicas que se vuelven más difíciles de controlar cuando no duermes lo suficiente; tu cuerpo también. Sin ir más lejos, piensa en uno de esos días en los que parece que te has levantado con el pie izquierdo: tropiezas con todo, se te cae el café a primera hora de la mañana… Cuando está muy cansado, hay un lapso en la función neurológica en general; por tanto, la información no se procesa correctamente.
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