El tráfico, las obras del vecino de al lado, gente gritando a altas horas los fines de semana en la calle, la sirena de la ambulancia… El ruido se ha convertido en algo tan habitual en nuestro día a día que, a menudo, olvidamos los importantes problemas de salud que puede acarrear no solo a nivel auditivo. De hecho, según se desprende del último informe realizado por GAES con motivo del Día Mundial de la Concienciación contra el Ruido (25 de abril), uno de cada tres españoles reconoce que el exceso de decibelios tiene un efecto negativo sobre su estado de ánimo. Irritabilidad, ansiedad, agresividad… son algunas de las consecuencias que podemos experimentar al vernos expuestos constantemente a cientos de sonidos que están por encima de los niveles que se consideran saludables.
Para dar a conocer los efectos que tiene el ruido sobre nuestra salud mental y sensibilizar de la necesidad de reducir los niveles de ruido que nos rodean, hablamos con Francesc Carreño, director del Área de Audiología y Calidad de GAES.
- ¿Cómo afecta a nuestra salud el estrés acústico que sufrimos principalmente en las ciudades debido al tráfico, el claxon de los coches...?
El ruido puede tener consecuencias sobre nuestra salud, tanto a nivel físico como psicológico y emocional. El efecto más conocido es la pérdida auditiva derivada de una exposición prolongada a altos niveles de ruido sin protección o de un trauma acústico por un sonido muy elevado. En este sentido, hay estudios que también muestran la relación que existe entre el ruido y un aumento en la incidencia de trastornos cardiovasculares. De hecho, hay datos que reflejan que por cada decibelio (dB) por encima de los 65 dB máximos recomendados por la OMS, aumentan un 5,3% los ingresos hospitalarios por este tipo de causas. A esto hay que añadir las consecuencias del ruido sobre la salud mental, que puede afectar tanto al estado de ánimo como a la calidad de vida.
- ¿Y concretamente en nuestro estado de ánimo? ¿Nos genera más estrés y ansiedad?
El hecho de estar expuestos a un índice de ruido por encima de los 65 dB y de forma continua puede provocar estrés crónico, lo que deriva no solo en problemas cardiovasculares sino también en el debilitamiento del sistema inmunológico, la aparición de trastornos del sueño y la afectación de la memoria y del aprendizaje. El ruido excesivo tiene, además, un impacto negativo en el comportamiento social de las personas, lo que incrementa la irritabilidad y puede causar sensaciones de ansiedad y desamparo. En este sentido, el I Estudio GAES sobre el ruido en España revela que a 7 de cada 10 españoles les cuesta concentrarse cuando están en un ambiente con un nivel elevado de ruido. Estas dificultades de concentración pueden influir en el rendimiento laboral y escolar.
- ¿Qué otras fuentes de ruidos pueden perturbar nuestro estado de ánimo a parte del tráfico de las grandes ciudades?
Además del tráfico, el ruido de un bar o restaurante lleno de gente, el de un taller mecánico o el de un túnel de lavado son otros sonidos que se encuentran por encima de los 80 o 90 dB. Por encima de los 100 está el sonido de una discoteca, la sirena de una ambulancia o el ruido del tubo de escape de una motocicleta. No obstante, los sonidos que reciben más quejas por parte de los españoles, según las conclusiones del estudio llevado a cabo por GAES, son las obras de la calle en un 67%, las obras de los vecinos en un 49% y el tráfico en un 39%.
- ¿Al ruido nos acostumbramos? ¿Podemos pensar que no estamos sometidos a estrés acústico cuando en realidad sí?
Precisamente, uno de los principales problemas que existen en torno a la pérdida auditiva ocasionada por estar expuestos durante largos periodos de tiempo a ruidos muy elevados es que las personas nos acostumbramos al ruido, que está dañando nuestro sistema auditivo. Y esto pone de manifiesto que se está produciendo una pérdida de audición, aunque esta se dé de manera muy lenta. ¿Cómo podemos saber si nos está afectando el ruido? Las primeras señales de que el ruido puede estar afectando a nuestra salud auditiva es la aparición de la distorsión de sonidos, la dificultad para comprender palabras e, incluso, vernos obligados a subir el volumen de la radio o de la televisión para poder escucharlos.
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- ¿Cuáles serían unos niveles saludables de ruido?
El nivel máximo de ruido recomendado por la Organización Mundial de la Salud es de 65 decibelios.
- ¿Qué podemos hacer nosotros en nuestro día a día para protegernos del ruido? ¿Escuchar música mientras nos desplazamos por la ciudad puede ser un remedio efectivo para evadirnos de la contaminación exterior o también es una fuente de ruido que deberíamos consumir con precaución?
Por ejemplo, en el caso de pasar largos periodos de tiempo en entornos que superen los niveles de ruido recomendables debemos usar tapones o protectores adecuados para los oídos. Si escuchamos música con auriculares, es recomendable no superar el 60% del volumen máximo del aparato y utilizarlo menos de 60 minutos al día. Además, es importante someterse a revisiones auditivas periódicas con un especialista, ya que muchas veces la persona afectada se acostumbra al ruido y no se da cuenta de que su capacidad auditiva ha disminuido.
- ¿Qué otras lesiones auditivas puede provocar el exceso de ruido?
El efecto más conocido es la pérdida auditiva. Esta se produce como consecuencia de una exposición prolongada a ruidos que superan los 80 decibelios. Así, cuánto más alto es el nivel de ruido, más rápido se desarrolla el trastorno auditivo y existen más posibilidades de que sea irreversible. La pérdida auditiva también puede ir acompañada de otros trastornos como los acúfenos o tinnitus, una especie de silbidos o ruidos en la cabeza que solo escucha el que lo padece.