10 cosas que puedes hacer tú por la salud del planeta
Ayudar al medio ambiente con pequeños gestos es la manera más inteligente de mejorar nuestra salud y calidad de vida.
El medio ambiente tiene un efecto muy directo en nuestra vida cotidiana: la naturaleza nos proporciona agua limpia, aire limpio, suelo fértil, alimentos… En el Día Mundial de la Tierra, que se celebra este 22 de abril, te damos algunos ‘ecotrucos’ para hacer tu vida más sostenible y ecológica. ¡En tu mano está que el mundo sea un lugar mucho más habitable!
- Come ecológico. La agricultura ecológica tiene un impacto positivo en el medio ambiente y en el uso y conservación del agua: no contamina los acuíferos, fomenta la biodiversidad, respeta los ciclos naturales de los cultivos, ayuda a hacer los suelos más fértiles, recicla los nutrientes devolviéndolos de nuevo al suelo como abono orgánico… Además, ganamos en salud, ya que los alimentos ecológicos nos garantizan que no se han empleado en el cultivo productos químicos sintéticos, plaguicidas ni fertilizantes.
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- Productos de limpieza también ecológicos, por favor. Limpiar nuestros hogares de forma ecológica también hace que colaboremos con el medio ambiente, evitando la contaminación del aire y del agua a través de los tóxicos que se esconden en buena parte de los productos de limpieza que encontramos en el mercado. Una buena opción es recuperar algunos trucos caseros que ya utilizaban antiguamente nuestras abuelas. Tu salud también te lo agradecerá.
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- Practica la ley de las tres ‘R’: reduce, reutiliza y recicla. Reciclar es de sabios (y de personas ingeniosas que saben sacar partido hasta el último detalle). Piensa que, de media, un ciudadano español genera 1,5 kilos de basura al día; lo que supone algo más de media tonelada al año. ¿De verdad crees que es sostenible? ¿Por qué no buscar alternativas y, por ejemplo, decorar tu casa con muebles de diseño hechos por ti con materiales reciclados? ¿Y darle un aire nuevo a esa ropa que ya no te pones? Además, estarás desarrollando la creatividad y ahorrarás mucho dinero.
- Viste moda sostenible. La industria textil es la segunda más contaminante después de la del petróleo. Por tanto, a la hora de vestir, también te recomendamos optar por firmas y marcas que confeccionan sus prendas de forma respetuosa con el entorno. Tal vez no sepas que para fabricar un solo vaquero se necesitan 10.000 litros de agua, mientras que para una simple camiseta de algodón se usan unos 2.500 litros.
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- Evita el desperdicio de alimentos. Cada año consumimos en Europa 90 millones de toneladas de comida –unos 180 kilos por persona y año- y son responsables del 17% de los gases de efecto invernadero. Así que no despilfarres la comida y no tires a la basura alimentos aún comestibles o que tienen un segundo uso. Por ejemplo, ¿por qué no preparar mermelada con las frutas más maduras?
- Ahorra energía en casa. No son necesarias grandes inversiones; sino pequeños gestos que contribuyen al medioambiente. Por ejemplo, evita las luces halógenas y las bombillas incandescentes, ya que son las menos eficientes, y apuesta por las LED; elige electrodomésticos de clase A o superior, que consumen menos; utiliza cargadores solares para tus dispositivos electrónicos; reutiliza materiales reciclados para tus creaciones decorativas…
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- Haz un buen uso del papel en la oficina. Usa papel reciclado, imprime solo la página que te interesa o hazlo a doble página, activa el modo de ahorro de energía… ¡Hay muchas soluciones para ahorrar papel!
- Envases ‘eco-friendly’. Elimina el plástico de tu vida y busca productos envasados más respetuosos con el medio ambiente y que no utilicen materiales derivados del petróleo.
- ¡Muévete en bicicleta por la ciudad! ¿Sabías que el tráfico es la principal fuente de contaminación atmosférica en las ciudades? Es por ello que te animamos a utilizar la bicicleta como vehículo de transporte; es la forma más sostenible de desplazarte y sin contaminar.
- Crea tu propio huerto urbano. Podrás cultivar tus propias verduras y hortalizas: berenjenas, ajos, lechugas, espinacas, tomates… Una de las ventajas es adecuar la producción a nuestras necesidades de consumo propio. Con ello, estarás reduciendo la huella de CO2.
¿Sabías que…?
Según la ONG World Wildlife Fund (WWF):
- Los bosques están desapareciendo a una velocidad equivalente a 48 campos de fútbol por minuto.
- Los océanos ocupan el 71% de la superficie de nuestro planeta y proporcionan unos recursos que mantienen la vida en la Tierra, desde la comida que necesitamos hasta más de la mitad del oxígeno que respiramos. La protección de los ecosistemas marinos contribuye a mantener también la abundante biodiversidad, los medios de vida sostenibles y las prósperas economías que los océanos nos proporcionan.
- Menos del 1% del agua total de nuestro planeta es dulce y accesible. El impacto del cambio climático, el crecimiento demográfico y los patrones de consumo colocan este recurso natural finito en mayor riesgo.
- En 2014, el informe Living Planet Report de WWF alerta de que la población de fauna salvaje formada por especies vertebradas (mamíferos, pájaros, reptiles, anfibios y peces) habría disminuido un 52% en los últimos 40 años.
- Los humanos somos los responsables de la actual tasa de extinción de especies, que es aproximadamente 1.000 veces superior a lo previsto por la propia naturaleza.
- Actualmente, más de 7.000 millones de personas consumen 1,5 veces lo que nos proporcionan los recursos naturales de la Tierra. En 2050, la población mundial llegará a 9.000 millones y se duplicará la demanda de alimentos. Si mejoramos la eficiencia y la productividad, al mismo tiempo que reducimos los residuos y cambiamos los patrones de consumo, en 2050 podremos producir suficiente comida para todo el mundo, utilizando aproximadamente la misma superficie de tierra cultivable que tenemos hoy en día.