Mindfulness se ha convertido casi en una palabra de moda, pero, ¿sabemos en qué consiste realmente? Tal y como explica el investigador Daniel Goleman en uno de sus artículos publicados en Harvard Business Review, ahora recogidos en una serie de libros bajo el título ‘Inteligencia emocional. Cómo ser más humano en el trabajo’ (Editorial Reverte), “meditar es fundamentalmente un método de entrenamiento de la atención que enseña al cerebro a observar todo lo que ocurre en el momento presente, pero sin reaccionar”. Entre otros beneficios, con su práctica se consigue calmar la mente, estar más tranquilos emocionalmente y más positivos frente a un ritmo de vida que, a menudo, nos exige más de lo que podemos dar. Y es que el mindfulness puede aplicarse a cualquier ámbito de nuestra vida, también al trabajo.
Precisamente, se trata de una herramienta que ha comenzado a gozar de gran éxito en el mundo de la empresa, ya que cada vez existen más evidencias científicas sobre cómo la práctica de ejercicios sencillos de mindfulness no solo mejoran la conducta y el bienestar, sino que además promueven cambios biológicos beneficiosos en el cerebro y en las células. Es más, concretamente en el plano laboral, se percibe una mejora del rendimiento y de la creatividad, un incremento de la conciencia de uno mismo y del carisma personal, además de conseguir una mayor tranquilidad.
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Objetivo: gestionar el estrés
“El mindfulness ya no se debe considerar como algo que está bien que los empleados practiquen, sino como una aptitud obligatoria: una forma de mantener sanos a nuestros cerebros, de ayudar a autorregularnos y de potenciar nuestras habilidades para tomar decisiones eficaces, así como para protegernos del estrés tóxico”, explica la investigadora del Massachussets General Hospital, Christina Congleton, en su artículo ‘El mindfulness puede cambiar tu cerebro’, publicado en esta selección de lecturas de Harvard Business Review.
“El estrés es la principal causa de bajas y enfermedad laboral entre los trabajadores españoles, que si no se trata a tiempo puede derivar en estrés crónico y otras enfermedades; así como en el incremento de accidentes y errores en la toma de decisiones que generan pérdida de productividad. Nuestra experiencia implantando el mindfulness en empresas nos confirma que su práctica mejora la satisfacción laboral de los trabajadores, al reducir los indicadores de estrés hasta un 50%”, explica Allende Villorejo de Landia, directora de la consultora Mente y Vida.
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Aprende a meditar en el trabajo
¿Cómo entrenar el cerebro para se concentre mejor y sea más eficaz? Los expertos de Mente y Vida nos proponen algunos ejercicios básicos para empezar a practicar mindfulness, tanto en casa como en el trabajo.
- Un minuto de atención plena. Este es un ejercicio fácil que puedes hacer en cualquier momento del día. El objetivo consiste en enfocar toda la atención en tu respiración durante un minuto. Deja abiertos los ojos, respira con el vientre en lugar de con el pecho y trata de respirar por la nariz y que salga por la boca. Céntrate en el sonido y el ritmo de la respiración. Prepárate para que la mente deambule (porque lo hará) y tendrás que esforzarte por devolver la atención al objetivo cada vez que esto pase. Puedes realizar este ejercicio las veces que quieras ya que te ayuda a restaurar la mente, conseguir claridad y paz. Este ejercicio es la base fundamental de una técnica de meditación mindfulness correcta.
- Observación consciente. Escoge un objeto. Cualquier objeto cotidiano: una taza de café, un bolígrafo… Ahora permite que absorba completamente toda tu atención. Solo obsérvalo. Ser consciente de lo que estás observando te aporta una sensación de 'estar despierto'. Observa cómo la mente se libera de pensamientos y se centra en el momento presente. Es algo sutil, pero poderoso. También puedes practicar la observación consciente con las orejas en lugar de los ojos. Algunas veces escuchar es mucho más potente que mirar.
- Cuenta hasta 10. Este ejercicio no es más que una simple variación del primer ejercicio. En este caso, en lugar de centrarse en la respiración, cierra los ojos y enfoca la atención en contar lentamente hasta 10. Si en algún caso pierdes la concentración, debes volver a empezar. En la mayoría de los casos sucede algo así: “Uno… dos… tres… tengo que comprar leche hoy. Oh, UPS, estoy pensando.” / “Uno… dos… tres… cuatro… esto no es tan difícil después de todo… ¡Ese es un pensamiento!".
- La llamada a la atención. Este ejercicio consiste en centrar tu atención en la respiración cada vez que se produce una señal ambiental específica. Por ejemplo, cada vez que suena el teléfono. Simplemente elige una señal ajena a ti. Cualquier cosa es válida. Cada vez que te miras en el espejo, cada vez que tus manos se tocan, cada vez que oyes el claxon de un coche, el silbido de un pájaro… Esta técnica está creada para conseguir que, cuando se realiza la acción de enfocar la respiración, tu mente viaja al momento presente y se hace consciente de ello.
- Observa tus pensamientos. Es difícil conseguir que cualquier persona estresada y ocupada que lleva un rápido ritmo de vida, lo abandone para enfocarlo en una corriente de pensamiento a través de la mente. La idea de sentarse, incluso, les produce más estrés. Si eres una de esas personas, en lugar de trabajar contra la voz de tu cabeza, puedes sentarte y 'observar' tus pensamientos en lugar de involucrarte en ellos. De esta manera no conseguirás eliminarlos como en el resto de ejercicios, pero es una buena técnica para disminuir su intensidad.
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