La orina es una mezcla de agua y elementos de desecho que el organismo no aprovecha y que los riñones filtran desde la sangre. Aporta diversa información sobre cómo funciona nuestro organismo, por ello un análisis de orina es una de las pruebas básicas que se realizan cuando se quiere chequear el estado de salud de una persona.
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De ella se observa tanto su apariciencia así como su composición física y química. "Una simple muestra de orina puede ayudarnos a detectar varios tipos de enfermedades o problemas de salud en base a la apariencia, color, densidad y acidez de la orina, así como a partir de los diferentes elementos químicos y biológicos que la componen. De este modo, permite analizar cuál es el estado de nuestros riñones, si nuestra hidratación es la adecuada, si hay presencia de bacterias infecciosas...", señala la doctora Marina Fernandez, directora médica de Cigna.
Así, la orina puede informar al médico si tenemos piedras en el riñón, hacerle sospechar que existen enfermedades renales, hipertensión, diabetes (también es útil para su control) e, incluso, podría alertar de la existencia de algunos tipos de cáncer como el de vesícula o de riñón. Por otro lado, también sirve para detectar la hormona gonadotropina coriónica (hCG) que se segrega en la gestación y, por tanto, revela que se ha logrado el embarazo, así como el consumo de algunos fármacos u otras drogas.
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¿Qué dice su color?
Aunque el análisis debe realizarse por un experto y en el laboratorio, uno mismo puede puede observar el color, ya que éste nos orientará sobre el grado de hidratación o indicarnos que debemos acudir al médico. Por ejemplo, la orina debe ser de color amarillo claro ya que significa que se está bien hidratado y que nuestros órganos vitales funcionan bien. Un color muy oscuro podría indicar que no bebemos la suficiente agua. Si además es turbia, alerta de la posible presencia de una infección. El color marronáceo, como de coñac o color coca-cola debe ser consultado con el médico, ya que está relacionado con problemas hepáticos. Si es de color rojizo y sentimos escozor podría ser debido a algún microorganismo patógeno. Algunos tumores también pueden teñir de rojo la sangre, por ello, es vital pedir cita cuando detectamos un cambio no justificado en la apariciencia y el color de la orina.
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En cualquier caso, debemos tener en cuenta que algunos alimentos también pueden alterarla. Por eso, "en el centro de salud suelen dar al paciente una hoja informativa de los alimentos y medicamentos a evitar horas antes de tomar la muestra. Por ejemplo, la remolacha tiñe de rojo la orina, la vainilla puede interferir y dar falsos positivos, alimentos como los plátanos y las berenjenas también alteran los resultados", señala la doctora Marina Fernández. No obstante, habitualmente se pide que la muestra de orina se recoja tras un ayuno de ocho horas. Es decir, basta con recoger la orina de primera hora de la mañana habiendo cenado ligero y temprano la noche de antes. Ello evitará que la dieta afecte al análisis.
Por otro lado, hay fármacos, como los diuréticos o los antibióticos, y suplementos alimenticios que pueden influir en algunos test de orina. En concreto, "se ha demostrado que la vitamina C altera los resultados de la glucosa o de la bilirrubina en sangre", indica la experta.
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¿Cómo hay que tomar la muestra?
Es conveniente que se trate de la primera orina de la mañana. Antes de depositar la muestra, se recomienda lavar los genitales con agua tibia. Cuando se recoge, es importante tomar una muestra únicamente del flujo intermedio, desechando el chorro inicial. Hay que procurar, además, que el interior del recipiente no esté en contacto con la piel o la ropa en ningún momento.
La entrega al laboratorio debería hacerse en menos de una hora. Si no es posible, el bote deberá guardarse en la nevera hasta el momento de la entrega, que no debería prolongarse más de 4 horas.
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