Alimentos para 'nutrir' tu flora intestinal y evitar la obesidad o la diabetes
Una microbiota (o flora intestinal) sana mejora tus digestiones, te protege de infecciones e, incluso, te ayuda a mantener un peso saludable y no engordar. Si crees que está dañada, toma nota de estos alimentos para volver a recuperar su equilibrio.
La flora intestinal, renombrada, últimamente, como microbiota, es un conjunto de microorganismos, sobre todo bacterias, que habitan en nuestro intestino. “Se calcula que los humanos somos portadores de unos mil millones de bacterias intestinales, distribuidas en miles de especies diferentes que, en conjunto, pesan alrededor de 1,5-2 kilos (un peso similar al del hígado o el cerebro)”, explica el doctor Ricardo Gómez Huelgas, vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). Su función es esencial para asimilar nutrientes y controlar el peso corporal. E, incluso, prevenir enfermedades.
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Diabetes u obesidad
De hecho, en los últimos años la microbiota está en el punto de mira de médicos y científicos. Y es que, según se señaló en el XXXVII Congreso de la SEMI (Sociedad Española de Medicina Interna), celebrado en Zaragoza, tener una flora intestinal dañada puede aumentar el riesgo de sufrir enfermedades como la diabetes tipo 2, la obesidad o algunos tipos de tumores.
La mayor parte de estos microorganismos se crean en el momento del parto, por transmisión de la flora bacteriana materna. Sin embargo, un gran número de factores ambientales (como el sedentarismo, la dieta, el abuso de antibióticos, un exceso de higiene, entre otros) pueden causar alteraciones en esta población de bacterias. “Estas alteraciones pueden provocar endotoxemia (toxinas en la sangre) e inflamación crónica, factores implicados en el desarrollo de enfermedades crónicas”, advierte el especialista.
¿Cómo sé si está dañada?
Una microbiota dañada puede manifestarse con síntomas digestivos como molestias gastrointestinales, flatulencias, vientre hinchado, diarrea o estreñimiento. ¿Qué hacer entonces?
El doctor Ricardo Gómez, que además es jefe de servicio de Medicina Interna del Hospital Regional Universitario de Málaga, indica que se han realizado algunos estudios, tanto en animales como en humanos, que sugieren que “el trasplante de microbiota intestinal de personas sanas a pacientes con obesidad o resistencia a la insulina contribuye a que los personas con problemas de peso puedan perderlo o mejoren su perfil metabólico”.
Alimentos que equilibran tu flora
Tu dieta también puede alimentar a estas bacterias ‘buenas’ y contribuir a equilibrar la microbiota. Hay alimentos, de hecho, que pueden modificar su composición.
Prebióticos. Son sustancias no digeribles que se encuentran en los vegetales y que estimulan el crecimiento de las bacterias buenas. En concreto, la inulina, tipo de fructooligosacárido (FOS), es su preferido. Se encuentra en alimentos como la cebolla, el puerro, la achicoria, el espárrago, ajo, alcachofa, tomate, entre otros. Otros alimentos que también contienen fibra prebiótica son las legumbres, los cereales como los garbanzos, los frutos secos como los pistachos y frutas como el plátano, la manzana, la pera…
Probióticos. Son bacterias, capaces de sobrevivir en el intestino, modificando el equilibrio de su microflora ejerciendo efectos beneficiosos en la salud del individuo. Los ejemplos clásicos de probióticos son los microorganismos del yogur y otros productos lácteos fermentados como el Kefir.
Verduras fermentadas. Los encurtidos como los pepinillos, el apio, la col lombarda o las verduras fermentadas como la el tempeh, el miso, el tamari o el chucrut son una fuente de lactobacilos, otro tipo de probióticos que ayudan a equilibrar la flora intestinal. Sin embargo, es mejor que hagas tus propios fermentos en casa conservar todas sus propiedades.