Las dos son aptas para el consumo humano, es decir, son potables; pero cada vez son más las personas que optan por el agua embotellada mineral pensando que sus propiedades son mejores. Sin embargo, no siempre es así y escoger entre una u otra dependerá, sobre todo, de si el agua de la zona donde vivimos es de buena calidad o de nuestras necesidades nutritivas. Por ejemplo, ¿sabías que algunas aguas minerales ayudan a alcanzar el aporte de calcio y magnesio diario recomendado?
Tal y como recomienda la OCU en varios de sus informes, el agua del grifo es una buena opción y mucho más económica y, solo en aquellas zonas donde el agua corriente es muy dura o tiene un sabor desagradable, puede ser recomendable sustituirla por un agua mineral embotellada. Por tanto, debemos saber que el agua del grifo cumple perfectamente con los requisitos de salubridad, está libre de sustancias contaminantes y pasa los tratamientos y controles pertinentes para asegurar su potabilidad.
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Ahora bien, el agua mineral natural se diferencia por sus minerales y oligoelementos, que tienen algunos efectos positivos sobre nuestra salud; ya que, como decíamos, aporta minerales esenciales como el calcio y el magnesio, pero también bicarbonatos, flúor y sodio. De hecho, el calcio contenido en 2 litros de agua mineral natural es casi similar al de 100 ml de leche; por lo que se recomienda a aquellas personas que necesiten dosis extra de calcio: embarazadas, niños en edad de crecimiento, intolerantes a la lactosa, mujeres en edad de menopausia…
Beneficios de beber agua mineral natural
Entre otras aclaraciones sobre el consumo de aguas minerales que hacen los expertos, y que se recogen en un reciente informe elaborado por la Asociación Española de Urología (AEU) para desmontar algunas creencias erróneas, destacan:
- La mineralización del agua no es perjudicial para los riñones. No se puede decir que un agua de mineralización muy débil es mejor para la salud que otra con mayor residuo seco (es decir, con mayor cantidad de minerales). La carencia o no de minerales es una característica; simplemente le proporciona al agua su identidad, su gusto particular. Escoger entre una u otra dependerá de si somos deportistas y necesitamos recuperar minerales rápido, si vamos a preparar con ella el biberón del bebé –la mayoría de aguas indican en la etiqueta si son aptas para ello o no-, si sufrimos de hipertensión y se nos recomiende tomar un agua con menor contenido en sodio… Por tanto, se recomienda consultar el etiquetado, como haríamos con cualquier otro alimento, para conocer su información nutricional. En la web de la Agencia Española de Seguridad y Nutrición (AESAN) disponen de una lista donde figuran todas las aguas minerales que hay en España.
- El agua mineral natural está exenta de contaminantes y contiene 0% impurezas. Durante todo el proceso de embotellado, desde el momento de su extracción en el manantial hasta su consumo, el agua mineral no puede ser manipulada ni tratada por ningún agente externo. Por tanto, no necesita ningún tratamiento de desinfección ni de filtrado para su consumo.
- El sodio (sal) que contiene el agua mineral no constituye un riesgo para la salud. “Beber dos litros diarios de agua mineral natural proporcionaría 40 mg (equivalentes a 0,1 g de sal), que representan únicamente el 2% de la ingesta diaria de sodio máxima recomendada dentro de una dieta equilibrada por la Organización Mundial de la salud”, explica el Dr. José Manuel Cózar. En cualquier caso, para personas con hipertensión o que deben tomar una dieta pobre en sodio, se recomienda elegir un agua mineral con un contenido menor a 20 mg –que son la mayoría de las que encontramos en el mercado-. Además, no hay que olvidar que la fuente principal de sal son los alimentos preparados y las comidas demasiado condimentadas.
- El agua mineral natural aporta minerales esenciales como el calcio y el magnesio; ambos necesarios para nuestro organismo. Algunos estudios apuntan que hasta un 30% de la población española ingiere cantidades inferiores a las recomendadas de estos minerales. En este sentido, un agua mineral natural puede ser un buen complemento a la dieta. Por ejemplo, en caso de los deportistas, que pierden cantidades considerables de magnesio por el sudor, el agua mineral les ayuda a recuperar mejor los niveles adecuados.
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Bebemos menos agua de la recomendada
En cualquier caso, ya sea agua mineral o del grifo, en lo que todos los expertos coinciden es que debemos beber al menos dos litros de líquidos al día de media, según recomendación de la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria). Sin embargo, los datos obtenidos de un estudio realizado por la Universidad Rovira i Virgili y la Universidad de Zaragoza reflejan que el 59% de los hombres y el 41% de las mujeres beben menos agua al día de la recomendada.
Los expertos insisten en la importancia de una hidratación saludable para evitar consecuencias relacionadas con la deshidratación, como son la fatiga, la falta de atención, los problemas cognitivos o la disminución de la memoria.