Un sencillo test de saliva predice si el estrés está afectando a tu salud
El estrés es malo si se cronifica pero no tenemos forma de saberlo a menos que podamos medirlo. Un test indoloro te lo revela para que puedas cambiar de hábitos y revertir los daños que pueda causarte el mal del siglo XXI.
Sabemos que el estrés es malo para la salud. Pero, ¿conocemos por qué? Y más importante, ¿tenemos constancia de cuánto nivel de estrés podemos soportar? Y es que el estrés puntual no es malo. Es un mecanismo que nos permite actuar en situaciones concretas. Por ejemplo, si tenemos que hablar en público, si estamos esperando unos resultados médicos o si tenemos que salir corriendo. Así, cuando nuestro cerebro detecta que se está enfrentando a una situación que considera una amenaza o un reto, se libera una hormona, el cortisol, que prepara al organismo para actuar frente a esta adversidad. Entonces, ¿por qué tratamos siempre al estrés como un enemigo y no como un aliado? Un poco de estrés no es malo pero cuando el cortisol permanece mucho tiempo en el torrente sanguíneo produce otra hormona llamada DHEA que contrarresta sus efectos nocivos. Si la DHEA no puede con tanto cortisol, al final éste puede acabar aumentando el riesgo de inflamación e inmunodepresión del cuerpo. Eso se traduce en una aumento del riesgo de sufrir enfermedades.
Para saber los niveles de estas hormonas en nuestro cuerpo, existe la posibilidad de realizar un test no invasivo, sencillo e indoloro. Esta prueba permite detectar a tiempo si el estrés al que estamos sometiendo a nuestro organismo es demasiado elevado, y ya está cuausando estragos en nuestra salud, para que "podamos reaccionar cambiando hábitos de vida o incorporando actividades que ayuden a controlar las situaciones que nos pueden producir más estrés", señala Bibiana Palao, directora técnica del Departamento de Innvoación de Synlab a la que hemos entrevistado para que nos explique cómo nos afecta el estrés y qué remedios podemos emplear para combatirlo.
¿Por qué el estrés crónico es malo?
El estrés puntual se produce cuando percibimos una situación como desbordante, para ello el organismo aumenta los niveles de cortisol con el fin de poder disponer de recursos adicionales para afrontarla. Esta hormona por un lado activa el sistema inmune, preparándonos para afrontar infecciones y por otro lado actúa como un antiinflamatorio natural. El estrés puntual no es perjudicial pero cuando se cronifica, las glándulas adrenales, productoras de cortisol, terminan agotándose y la producción de cortisol disminuye, esto provoca un aumento de la inflamación en el organismo así como la depresión del sistema inmune.
¿Afecta a todos por igual?
No, los niños y los ancianos son mucho más susceptibles. Cuando se produce un aumento significativo de cortisol (hormona con efecto metabólico) se producen efectos negativos en el organismo. Para compensarlos, se aumenta la síntesis de DHEA (hormona con efecto anabólico), con el fin de contrarrestar los efectos nocivos del cortisol. Los niveles de DHEA comienzan a aumentar durante la pubertad y disminuyen a partir de los 50 a los 55 años, por lo tanto los niños y las personas mayores son más sensibles al estrés.
Además, cada uno de nosotros percibe una misma situación como más o menos estresante, o como más o menos importante, por lo que psicológicamente la afrontamos de manera diferente. La resiliencia es la capacidad de adaptarnos positivamente a situaciones adversas. Las personas más resilientes tienen una mayor capacidad de adaptación al estrés, en otras personas una situación incluso menos grave puede causar un nivel de cortisol más elevado.
¿Cómo podemos medirlo?
Nuestro propio comportamiento y estado de ánimo o cómo reaccionamos ante las distintas situaciones cotidianas pueden ser un buen indicativo del estrés al que estamos sometidos. Sin embargo, existen maneras más eficaces de detectar la cantidad de cortisol y DHEA que estamos segregando y eso nos dará una respuestas más precisa. Por ejemplo, tenemos el test de Valoración del Estrés que permite determinar si existe un patrón biológico y su gravedad.
¿Cómo funciona el test?
Evalúa la producción de cortisol y DHEA mediante muestras de saliva recogidas en diferentes momentos del día. Permite, a quién lo realiza, conocer su capacidad biológica actual de respuesta al estrés. La prueba está indicada para personas con síntomas, con carga laboral excesiva o de agotamiento profesional y para todos aquellos que deseen gestionar proactivamente su salud.
¿Pueden utilizarlo hasta los niños?
No hay límites de edad, pero es necesario realizar una interpretación personalizada del resultado en niños y en personas adultas, ya que sus niveles de DHEA son menores y pueden confundirse con una falta de respuesta adaptativa a niveles elevados de cortisol.
¿Hay que tener niveles muy altos para que los detecte el test?
No. Los niveles fisiológicos se detectan dentro de la normalidad, ya que son hormonas que se encuentran presentes en nuestro organismo, el aumento o disminución de estos niveles es lo que puede ser un indicador de una situación de estrés.
¿Dónde se realiza el test?
El test se puede adquirir en cualquiera de los 62 puntos de extracción de los laboratorios Synlab o en la tienda online LabcoDirect. Para la realización del test solo se necesita la recogida de saliva en distintos momentos del día, con lo que puede realizarse en cualquier lugar.
¿Dónde acudir con los resultados y qué hacer?
Cuando identificamos un patrón biológico de estrés es muy importante tomar medidas para contrarrestar sus efectos negativos. En muchas ocasiones no será posible eliminar aquello que nos produce estrés, sobretodo en casos de estrés laboral o cuando se trata de una situación personal, pero sí disponemos de técnicas que permiten controlar los efectos fisiológicos negativos. Las técnicas de relajación física y mental, la meditación, técnicas de respiración o la práctica del deporte son muy utilizadas para este propósito. Siempre es importante actuar de la mano del especialista, el médico de cabecera o un experto en trastornos psicosomáticos podrá recomendarnos pautas a seguir de manera personalizada.
Cómo podemos vencer el estrés
Lo primero que hay que hacer es analizar sus causas y tratar de modificarlas. Si esto no es posible, es necesario compensarlas con hábitos saludables, tales como ejercicio , alimentación, descanso, técnicas de relajación... Por otro lado, estos trucos pueden ayudarte a combatirlo:
1.- Realizar ejercicio físico diario.
El deporte nos hace sentir bien, segrega endorfinas, hormonas que reducen el dolor y aumentan el bienestar. Además, si hacemos una actividad física diaria nos mantendremos más fuertes física y psíquicamente.
2.- Aprender a priorizar.
Es bueno apuntar en una libreta u hoja de papel las tareas diarias y semanales. También podemos establecer un código de colores de más a menos importante y realizar las tareas según su orden de prioridad.
3.- Compartir el problema.
Suele ayudarnos a sobrellevar la carga emocional que nos supone determinada situación o problema. Además, el punto de vista de los demás siempre nos puede abrir nuevas vías para afrontar lo que nos estresa.
4.- Sacar tiempo para uno mismo.
Es esencial que busquemos momentos para nuestro ocio, sin interrupciones. Una buena planificación y organización del día, así como aprender a delegar nos ayudará a tener momentos de libertad.
5.- Ser positivo.
Serlo no significa estar siempre feliz. Pero hay que intentar buscar el lado bueno, concentrarse en la solución del problema, no en éste, cultivar emociones positivas...
6.- Trabajar de manera eficiente.
Esto no significa trabajar más horas sino aumentar a productividad. La gestión del tiempo es esencial para rendir más en menos.
7.- Evitar hábitos nocivos.
El alcohol, tabaco, el sedentarismo, abusar del café no solucionan ninguna dificultad y además ponen al organismo en un estado de alerta permanente que puede perjudicar la salud.
8.- Aceptar las cosas que no se pueden cambiar.
Esto no quiere decir ser conformista, pero sí ser consciente de la realidad y, si esta es inamovible, tratar de disfrutar de las circunstancias.
9.- Aprender a relajarse.
Esto es esencial para lidiar con el estrés. Existen muchas maneras de bajar el ritmo y relajarse. La música clásica, por ejemplo, ayuda a serenarse. Por supuesto, las técnicas de relajación, el yoga o la meditación o mindfulness ayudarán a combatir los estados de ansiedad.
10.- Intenta dormir bien.
Un gran porcentaje de la población sufre insomnio. Sin embargo, la causa no suele ser orgánica. Establecer rutinas antes de acostarse como cenar ligero, leer algo que nos guste, no tomar alcohol, ni fumar o tratar de resolver los problemas durante el día nos ayudarán a dormir mejor.
Lee también: Hábitos inocentes que no te dejan dormir bien