¿Sabías que tres de cada diez españoles sufren cefaleas, migrañas o dolor de cabeza de forma recurrente? Además, según la Sociedad Española de Neurología (SEN), al menos un 25% de los pacientes no han consultado nunca su dolencia con el médico y se cree que podrían existir más de un 40% de casos sin diagnosticar. Las razones de esta patología, que incapacita sustancialmente el día a día de la persona que la padece, pueden ser diversas –aunque las causas exactas se desconocen- y siempre deberán ser consultadas con el especialista. En general, descartados otros factores, la migraña puede estar relacionada con algunos de estos trastornos que nos explican los expertos.
- La forma en que masticas puede explicar tus dolores de cabeza. Algunas migrañas pueden tener su origen en problemas bucodentales, como infecciones, bruxismo o trastornos del aparato masticatorio. “Generalmente, estás personas no llegan a sufrir dolor bucal, por lo que no relacionan la migraña con ninguna patología bucodental”, afirma Patricia Zubeldia Masset, odontóloga de Sanitas Dental. El Síndrome del Compromiso Mandibular es el principal causante de la migraña originada por problemas bucodentales. “Esta patología es conocida por causar limitaciones en los movimientos funcionales de la mandíbula durante la masticación, lo que provoca dolor en varias zonas, como en los músculos responsables de la masticación o en la cabeza”, explica Zubeldia. La Asociación Española de Pacientes con Cefalea hace hincapié en esta relación entre migraña y problemas bucodentales. El bruxismo es otro de los posibles causantes de estas cefaleas. Se trata de un trastorno de la articulación temporomandibular que consiste en apretar, desplazar hacia los lados las mandíbulas o rechinar los dientes. Esta práctica, que generalmente aparece en periodos de estrés o ansiedad, genera cefaleas y dolor en cuello, oídos y hombros.
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- ¿Dolor de cabeza por falta de sueño o cambios horarios? La variación del ritmo de sueño, sea por exceso o por defecto, también se reconoce como desencadenante de crisis de dolor de cabeza. Y en el caso de la migraña, aún se hace más patente: un 35% de las personas que padecen migraña consideran los cambios en los tiempos de sueño como el principal desencadenante de sus crisis. “La mayoría de las personas, cuando duermen más o menos de lo habitual, al despertarse, suelen experimentar una ligera cefalea que suele desaparecer cuando iniciamos nuestra actividad. No obstante, en una persona predispuesta a tener dolor de cabeza, esto puede evolucionar en el desarrollo de una crisis”, señala el Dr. Jesus Porta-Etesam, director de la Fundación del Cerebro. Esto se observa, por ejemplo, con los cambios de horario de verano e invierno, que aunque para una gran parte de la población son prácticamente imperceptibles, no lo son tanto para aquellas personas que padecen alguna enfermedad neurológica. Y es que los cambios en los horarios de comidas, de sueño o en el número de las horas que dedicamos a dormir, y que se ven modificados por el cambio horario, afectan especialmente a personas que padecen cefaleas, epilepsia, trastornos de sueño o enfermedades neurodegenerativas.
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- Hay alimentos que pueden provocarte dolores de cabeza. Tal vez nunca antes hayas oído hablar del déficit de DAO, un síndrome que, se ha constatado científicamente, es el responsable de algunos problemas digestivos y neurológicos comunes como la migraña (gran parte de los pacientes que sufren dolores de cabeza constantes presentan este trastorno provocado por la carencia de una enzima que impide eliminar la histamina de los alimentos). “Hay personas que por una causa genética o adquirida, por ejemplo, una enfermedad inflamatoria intestinal, presentan una insuficiencia enzimática que hace que la histamina de los alimentos traspase el epitelio intestinal al torrente sanguíneo y se acumule en plasma. Esto causa diferente sintomatología; siendo la migraña uno de las consecuencias más incapacitantes”, explica Adriana Duelo, dietista, nutricionista y experta en el tratamiento de problemas metabólicos. Por tanto, si es tu caso, una alimentación baja en histamina, adaptada por el especialista en cada caso, va a ayudar a eliminar aquellos alimentos más difíciles de metabolizar para aquellas personas con un déficit muy reducido. Se trataría de reducir algunos alimentos como los lácteos, el gluten, los alimentos procesados y ricos en sal, el alcohol…
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