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Todo lo que debes saber sobre la enfermedad de Crohn y su tratamiento

29 de Noviembre de 2017 - 16:54 CET por Meritxell Martí

¿QUÉ ES?

Es una dolencia inflamatoria del sistema digestivo que se caracteriza por la inflamación del tubo digestivo en cualquiera de las partes del tubo, puede ser desde la boca hasta el final del tubo, el ano.

Se trata de una enfermedad autoinmune y realmente no se conoce el origen.

Se suele confundir con la colitis ulcerosa que es otra de las dolencias inflamatorias del tubo digestivo, pero en las que solo se inflama la parte final del tubo digestivo, o sea el intestino grueso y más concretamente el colon.

Además de otras diferencias como que la enfermedad de Crohn puede aparecer en zonas del tubo digestivo, en forma de granulomas y fistulas y en la colitis ulcerosa de forma continua.

En la enfermedad de Crohn, la pared del intestino afectada se engrosa y en la colitis ulcerosa, no solo la parte más interna.

El síndrome de Crohn afecta al tubo digestivo pero como enfermedad crónica del sistema digestivo puede afectar dependiendo de la gravedad, otras partes del organismo como puede ser la piel, los ojos o los huesos y las articulaciones.

La enfermedad es Crohn es crónica y no hay actualmente cura definitiva para ello, aparece con periodos en los que los síntomas están más o menos activos.

No es una enfermedad contagiosa, ni es algo que se coge cuando comes algo que no esta en mal estado, por ejemplo.

¿QUIÉN LO PUEDE PADECER?

No hay una incidencia especial en algún grupo de personas, de hecho puede aparecer en cualquier persona, aunque es más frecuente que aparezca por primera vez a personas de entre 15 a 40 años, aunque no quiere decir que no aparezca en niños de hasta 10 años.

La padece millones de personas de todo el mundo.

Algunos estudios indican que es más frecuente en personas que viven en áreas urbanas que en zonas rurales.

Hay algunos aspectos de las personas o de sus rutinas de vida que pueden provocar más afección de este problema como puede ser los fumadores.

SÍNTOMAS Y DIAGNÓSTICO

Los síntomas de esta enfermedad pueden variar dependiendo de la gravedad de la misma, y de la parte del intestino que se ve afectada.

También pueden variar los síntomas que puede notar y que se siente la persona. Hay personas por ejemplo que tienen más capacidad de convivir con la enfermedad que otras más sensibles.

Síntomas más habituales:

Diarrea
Sangre en las heces o pérdidas rectales
Dolor abdominal y espasmos o rampas abdominales
Pérdida de peso y falta de apetito
Ligeras febrículas
Falta de energía, cansancio

Si los síntomas son más frecuentes, se puede padecer también anemia (con los síntomas que se relacionan) y deshidratación. Si los síntomas son más graves, pueden aparecer vómitos, y obstrucciones abdominales, nauseas y hasta aparición de abscesos de pus.

En la forma más grave, afectan a la piel, articulaciones y la visión.

Es muy importante el diagnostico

Ya que esta dolencia puede provocar pérdida de nutrientes esenciales en el organismo. También, a parte del daño intestinal, puede ocasionar la evolución a otro tipo de problemas tanto cutáneos, articulares, óseos y hasta anímicos.

El médico especialista, va a comenzar con una encuesta completa en la que debemos ser lo más sinceros posible y explicar claramente todo lo que nos ocurre.
Posteriormente suelen solicitar análisis de heces y análisis de sangre para detectar anticuerpos.

El diagnostico por la imagen también suele ser habitual desde la radiología de contraste a endoscopia y/o resonancia magnética.

¿POR QUÉ MOTIVO PUEDE APARECER?

Realmente no hay un motivo concreto por el que puede aparecer esta enfermedad, generalmente es una combinación de factores los que provocan esta aparición o la incidencia en la aparición de esta enfermedad.

Factores hereditarios
Una reacción extraña o anormal en el sistema inmune a ciertas bacterias o virus
Algunos factores que impulsan, como pueden ser dieta desordenada y desequilibrada, estrés, tabaquismo y otros desconocidos que incluso podrían ser toxinas medioambientales que pueden provocar una errónea reacción autoinmune

CROHN Y LA PIEL

Además de los problemas digestivos, la enfermedad de Crohn frecuentemente puede causar problemas cutáneos como rojeces, bultos y ampollas.

Los tres principales problemas son:

Eritema Nodoso, en los que aparecen bultos enrojecidos en la piel, nódulos, que suelen aparecer en las piernas pero también en todo el cuerpo, incluso en la cara. Estos nódulos pueden evolucionar a úlceras y estrías. Para evitarlo, es importante estimular el retorno venoso de las piernas. Para ello, son buenos los calcetines de compresión, masajear las piernas, cremas para mejorar la circulación y evitar las posturas que disminuyen el riego sanguíneo de forma fácil.

Pioderma Gangrenoso, es más raro que aparezca, en el que aparecen úlceras en la piel, estas son dolorosas.

Síndrome de Majeed, poco frecuente.

CROHN Y ARTICULACIONES Y HUESOS

La inflamación del intestino puede provocar un déficit de absorción de algunos nutrientes. Además, la enfermedad de Crohn puede provocar la pérdida de ellos debido a las diarreas frecuentes. Es por ello, que se puede perder además, calcio y vitamina D ósea. Además, el tratamiento con corticoides evitan la correcta absorción de estas sustancias, por lo que se suele aconsejar un suplemento con ello.

Aparición de artritis y dolor articular, particularmente en rodillas y dolor de espalda. Es importante para ello hacer ejercicio para mantener la flexibilidad articular.

CROHN Y VISIÓN

Esta enfermedad puede afectar igualmente a la vista, como visión borrosa, enrojecimiento, y extrema sequedad. Provoca extrema sequedad e inflamación como si se tratara de conjuntivitis.

TRATAMIENTO

Aunque no hay una cura para esta enfermedad y es por ello una enfermedad crónica, los tratamientos son para paliar los síntomas y minimizar la aparición de los brotes.

Para ello, la medicación es para mejorar la inflamación, remitirla y evitar que vuelva a aparecer. Como existen diferentes fármacos para ello, el médico suele prescribir los que por su experiencia y conocimientos van a mejorar los síntomas, pero es muy importante hablar con él y explicarle como están funcionando.

Los fármacos que los médicos suelen recetar son:

Antibióticos, metronidazol, ciprofloxacino
Aminosalicilatos, que mejoran la inflamación
Corticoesteroides, pero no se deben usar en largos tratamientos para evitar la dependencia que pueden provocar
Inmunomoduladores, que disminuyen la respuesta autoinmune
Anticuerpos biológicos, que limitan la respuesta inmune para reducir la inflamación, estos suelen ser una ultima opción

El último tratamiento es la cirugía.

DIETA EN LA ENFERMEDAD DE CROHN

Al tratarse de una enfermedad que afecta al sistema digestivo, la dieta es uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta ya que se debería evitar todos los alimentos que pueden provocar inflamación y, al contrario, incrementar los que van a reducirla y mejorar la salud digestiva.
En este punto vuelve a ser importante una dieta sana y rica en alimentos frescos y equilibrada.

Aunque como he dicho al principio, no hay por ejemplo un alimento que debemos evitar totalmente sino es toda la dieta en conjunto que puede ayudar a mejorar los síntomas que no la enfermedad en si misma, ya que como he explicado antes se trata de una enfermedad del sistema inmune.

Es importante asegurarnos el aporte de los nutrientes necesarios, tanto calidad como cantidad. De hecho en el intestino se absorben la mayoría de nutrientes y si esta inflamado será más difícil que esto ocurra de forma correcta. Los síntomas como diarreas frecuentes van a provocar la pérdida de muchos de estos nutrientes también, lo que puede ocasionar cansancio, mal estar general, efectos en la piel, pelo y uñas, así como en la musculatura y huesos.

Lo más adecuado cuando se sufre un brote es la dieta alcalina en la que se minimizan las toxinas y la dieta blanda.

En mi libro están explicadas como podemos seguir este tipo de dietas.

Algunos puntos que debemos tener en cuenta en la dieta:

Disminuir el aporte de lácteos, muchas veces mejora el problema de las digestiones y diarreas al eliminar lácteos aunque no quiere decir que se sea intolerante a la lactosa, sino que frecuentemente puede empeorar el problema de las diarreas
Alimentos bajos en grasa: estos tienen digestiones mucho más lentas
Alimentos con bajo contenido en fibra no soluble: sobre todo los alimentos crudos que son más difíciles de digerir y que pueden provocar inflamación, es preferible que las verduras sean cocinadas, serán mucho más fáciles de digerir
Eliminar los alimentos que pueden provocar gases: como puede ser las brasicaceas (col, coliflor, brócoli) algunas legumbres, cebolla, alimentos fermentados como las levaduras, cebada, bebidas carbonatadas
Bebidas con cafeína
Comer poco en cada comida, es preferible comer más veces y menos cantidad. Así se puede digerir más fácilmente, sin provocar un sobresfuerzo
Beber lo suficiente Ayudará a que los alimentos sean más fluidos y el sistema digestivo pueda digerir mejor. Además ayudará a evitar la deshidratación y la pérdida de electrolitos. Podemos beber agua pero también otro tipo de líquidos como caldos o infusiones.
Alimentos prebióticos, la inulina de los alimentos estimulan la formación de probióticos, las manzanas, la miel, la avena aunque es un tipo de fibra y es por ello se debe tener en cuenta que algunas veces podría empeorar, es importante controlar el efecto que hace en cada persona

EJERCICIO

Formando parte de la dieta y tan importante como ella es el ejercicio, que va a controlar el estrés, mejorar el estado de animo.
Aunque evidentemente depende de la capacidad física de la dolencia si se esta ostomizado o no.

RELAJACIÓN

El tercer aspecto importante es la relajación y el control del estrés. Tanto el estrés puede causar brotes de los síntomas, como viceversa, los síntomas de la enfermedad de Crohn pueden provocar emocionalmente, estrés y hasta depresión al afectar a la vida diaria. Mindfulness ayuda a relajar y controlar el estrés. El yoga es uno de los ejercicios recomendados.

ALGUNOS PRODUCTOS NATURALES

La medicación es imprescindible en muchos de los casos, sin embargo algunos suplementos naturales pueden ayudarnos a mejorar los síntomas e incluso a disminuir el contenido de medicación que podemos necesitar.

Debemos tener en cuenta que los suplementos naturales no son fármacos y los efectos de estos no están evaluados como ello.

PROBIÓTICOS:

Los probióticos pueden ayudar a mejorar el sistema inmune, aumentar la flora bacteriana y a disminuir el número y frecuencia de diarreas. Ayudan a mejorar la digestión de algunos alimentos como los lácteos o el gluten. Aunque no todos los probióticos son iguales y según los últimos estudios el probiótico más adecuado es la bifidobacteria, longum, infantis, lactobacillus acidophilus, lactobacillus plantarum, lactobacillus paracasei, lactobacillus bulgaricus y streptococcus thermophilus.

Otra opción sencilla es incluir el yogur en la dieta.

CÚRCUMA:

Cápsulas de cúrcuma tienen efecto antiinflamatorio, algunos estudios indican que puede ayudar a reducir la sintomatología de los problemas relacionados con el sistema digestivo. La cúrcuma se debería tomar en periodos cortos. Igualmente se debe tener precaución en la cúrcuma en polvo ya que puede tener un efecto contrario a largo plazo, mayor irritación.

OMEGA 3:

Al igual que la cúrcuma tiene capacidad antiinflamatoria, aconsejo un gramo/al día.

L-GLUTAMINA:

Este aminoácido ayuda a mejorar el sistema digestivo, protege la mucosa de los intestinos y el estómago, la dosis recomendada suele ser entre 1 y 2 gramos/día.

MANZANILLA:

Las tisanas con camomila o flores de manzanilla son el remedio de todos conocidos cuando hemos sentido problemas digestivos, el remedio más clásico de nuestras madres. Una infusión de manzanilla cuando se sufra especial dolor ayudará a relajar el sistema digestivo.

MIEL DE MANUKA:

La miel de manuka tiene alta capacidad antibacteriana, acción protectora del aparato digestivo y antiinflamatoria. Aunque es importante la calidad de la misma . Para ello recomiendo una cucharadita por la mañana.

OLMO AMERICANO:

Quizás más conocido como Slippery Elm, tiene un alto contenido en mucilagos que van a proteger el sistema digestivo. De 400 a 800 mg/día.

EL CONSEJO FARMACÉUTICO

Los consejos en la farmacia van a ayudar a mejorar las dudas que pueden quedarse pendientes después de la visita médica.

Podemos suministrar los fármacos de consejo que no precisa receta médica. Como pueden ser antidiarréicos, analgésicos y otros suplementos, como pueden ser los complejos multivitamínicos.

Algunos consejos y ayuda farmacéutica:

Dejar de fumar
Hacer ejercicio
Dieta de fácil digestión y rica en alimentos frescos
Estar relajado
No olvidar la medicación recetada y tomar las dosis adecuadas
Comentar al farmacéutico sobre los síntomas o las mejoras que notamos al tomar la medicación, el farmacéutico valorara si está dentro de la normalidad o recomendará la visita al médico
Se debería evitar analgésicos como la aspirina o el ibuprofeno