¿Por qué debemos reducir el azúcar de la dieta de nuestros hijos?
Basta con fijarse en lo que comen durante un día para darse cuenta de que desde los cereales del desayuno, las galletas para el recreo y el zumo envasado de la merienda llenan la dieta de los niños de azúcares refinados muy perjudiciales para su salud. Ata Pouramini, orientador en salud y licenciado en nutrición por la Universidad de Oxford, asegura que el principal problema en la actualidad es que estos productos que antes se consumían en ocasiones especiales, han pasado a ser un habitual en las dietas infantiles. Ante esta situación, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda limitar la ingesta de azúcar libre (el que no se encuentra de forma natural en los alimentos) a menos del 10% de la ingesta calórica total -lo que viene a ser unas 12 cucharadas diarias-.
El sobrepeso es una de las consecuencias que más llaman la atención de una dieta rica en azúcares y es que, según un informe realizado por la OMS se estima que, si se mantienen las tendencias actuales, en 2025 el número de niños con sobrepeso aumentará en 70 millones. Pero a esta enfermedad se le suman otros muchos problemas que ocasiona el abuso de los productos dulces.
- La diabetes. Con tan solo una lata de refresco o un zumo azucarado al día se incrementa en un 50% el riesgo de padecer pre-diabetes. Esto significa que los niveles de glucosa en sangre son más elevados de lo normal, aunque no lo suficiente como para padecer diabetes. Para evitar que con el paso del tiempo aparezca, lo recomendable es aumentar el ejercicio físico y abandonar los azúcares libres.
- El enemigo principal de los dientes. El consumo excesivo de azúcar es una de las principales causas de caries en niños cada vez más pequeños. Una vez en la boca el azúcar se convierte en ácido que ataca al diente dañando la placa y provocando, en ocasiones, la pérdida de este.
- El cerebro también sufre. Una de las causas del consumo excesivo de azúcar en los niños es que afecta al cerebro. Las zonas que tienen que ver con el comportamiento, la percepción y las emociones pueden verse alteradas provocando así nerviosismo, falta de concentración y pérdida de sueño y apetito. Esto se debe a que el consumo de azúcar incrementa los niveles de dopamina (una molécula muy importante para la función motora del organismo),
- Adiós al calcio y a los huesos fuertes. Al igual que es el enemigo número uno de los dientes, el azúcar también es muy agresivo con los huesos. El azúcar provoca la pérdida de calcio y de otros minerales como el magnesio o el fósforo haciendo que los huesos crezcan con menos densidad ósea y que se rompan con más facilidad.
- Puede afectar a las relaciones del niño. El acoso escolar está a la orden del día. No es que el consumo de azúcar convierta al niño en víctima de bullying, lo que si puede provocar es que el niño padezca obesidad y vea dañada su autoestima.
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