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Todos los profesionales que se dedican tanto al deporte como a la nutrición, suelen insistir en la importancia de llevar una buena alimentación en caso de practicar ejercicio. Y es que realizar deporte a diario y llevar una alimentación equilibrada, variada y sana, es la combinación perfecta para conseguir un óptimo estado de salud o en caso de querer bajar de peso. La nutricionista y colaboradora de ¡Hola! En Forma, Marta Lorenzo, nos recuerda: Sin una buena dieta, olvídate, los resultados no son los mismos.
- Aumenta nuestro rendimiento. Cualquier deportista debería ver la comida como fuente de energía, necesaria para conseguir los mejores resultados posibles y evitar la fatiga. Para ello, los hidratos de carbono complejos y las grasas 'buenas' no pueden faltar en nuestra dieta.
- Evita posibles déficits nutricionales. En este caso, las vitaminas y los minerales tienen un papel fundamental ya que, aunque no aportan energía directamente, lo hacen indirectamente. Una persona que practica ejercicio tiene mayor demanda en estos micronutrientes y, si no los aportamos a través de la alimentación, acabaremos teniendo déficits y nos sentiremos cansados y con falta de la energía necesaria para realizar cualquier ejercicio.
- Nos ayuda a conseguir nuestro peso ideal. Si nuestro objetivo es bajar de peso, no sirve de nada ir al gimnasio una hora y comer más calorías de lo que has gastado o tomar comida poco nutritiva y muy calórica. Es muy típico escuchar después de hacer deporte la frase: “como he ido al gimnasio una hora, puedo comer lo que quiera”. Con esto solo puedes conseguir mantener el peso o, incluso subirlo, y, es una pena estar haciendo un esfuerzo para luego no conseguir resultados. Además de llevar una dieta equilibrada, es muy importante marcarse unos horarios de comidas en función de cuando vayamos a practicar ejercicio, tanto para conseguir un buen rendimiento como para recuperarnos adecuadamente y así evitar déficits nutricionales. Para bajar de peso, es muy importante mantener la glucemia o lo que es lo mismo, los niveles de azúcar controlados, ya que si no el hambre podrá con nosotros y acabaremos comiendo alimentos ricos en grasas y azúcares muy poco recomendados sobre todo para adelgazar.
- Nos lesionaremos menos. Si llevamos una alimentación deficitaria o desequilibrada, podemos acabar sufriendo lesiones por pérdida de masa muscular o la inflamación de tejidos en el organismo.