Verano

Fotoprotección oral, el secreto para evitar el daño solar en las capas más profundas de la piel

¿Existe algún producto que permita evitar, desde dentro de la piel, el daño en el ADN, la inflamación o la muerte celular debido a la exposición solar?

Por hola.com

Las quemaduras en la piel no son la única consecuencia de una exposición solar irresponsable. Tomar el sol sin la necesaria fotoprotección expone al organismo a otras lesiones aún más serias y que afectan a nivel más profundo: envejecimiento cutáneo, deterioro del sistema inmunitario y roturas en el ADN. Y es que, el daño que causan los rayos ultravioleta en la piel no termina cuando finaliza la exposición. Investigaciones recientes han demostrado que incluso más de tres horas después de tomar el sol se pueden producir lesiones y roturas en el ADN que provocan las mutaciones causantes del cáncer de piel.

De ahí que, en los últimos años, se haya puesto un empeño especial en conseguir que la sociedad adquiera buenos hábitos de fotoprotección. Además de las campañas de concienciación sobre el melanoma y otros tipos de cáncer de piel, se ha trabajado para mejorar la textura y el resultado estético de los fotoprotectores y así evitar el efecto “mimo”, el tacto aceitoso o cualquier aspecto que produjera rechazo a aplicarse el bronceador. Además, la gama de productos ha aumentado considerablemente. Además de las leches, los sprays, los geles y los maquillajes con filtro solar, nos encontramos con cápsulas orales de fotoprotección solar. ¿Para qué sirven y cómo deben utilizarse?

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La ciencia respalda los beneficios de la fotoprotección oral

Los protectores solares vía oral son complementos alimenticios formulados a base de activos antioxidantes (vitaminas, betacarotenos presentes en frutas y verduras de colores vivos, como la naranja o la zanahoria, y otras sustancias procedentes del mundo vegetal) que contribuyen a proteger a las células del daño oxidativo del sol, de la degradación de lípidos y proteínas y de las lesiones en el ADN de las estructuras celulares. De hecho, así lo ha confirmado un reciente estudio liderado por el Dr. Henry Lim, presidente de la Academia Americana de Dermatología, y llevado a cabo en el Hospital Henry Ford de Detroit por expertos en fotoprotección y fotomedicina.

La evaluación clínica y colorimétrica mostró que la ingesta de 480 mg de Fernblock®, producto cuya tecnología se basa en el extracto estandarizado del Polypodium Leucotomos (EPL), disminuyó el eritema provocado por la radiación UV aumentando la resistencia a las quemaduras solares. Además, se realizó un examen histológico de biopsias de la piel de los pacientes antes y después de la ingesta de Fernblock® en las que se evaluaron biomarcadores relacionados con el daño en el ADN, la inflamación y la muerte celular que ocurren como consecuencia de la exposición solar. A este respecto, se ha demostrado que Fernblock® disminuye significativamente estos daños y mejora la tolerancia del organismo a la radiación solar, sobre todo cuando se trata de pieles muy sensibles o incluso intolerantes. Fernblock® también contiene luteína para proteger la mucosa ocular.

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Consejos para sacar el máximo partido de los fotoprotectores solares

Las cápsulas de protección solar están especialmente indicadas para pieles con especial intolerancia al sol, alergias solares, erupción polimorfo lumínica, fototipos muy claros, lupus, manchas cutáneas, tratamientos fotosensibilizantes y antecedentes de cáncer cutáneo.  Sin embargo, los expertos advierten de que estas cápsulas son un complemento a la crema solar, no un sustituto de ella. Es decir, su uso permite disfrutar de una piel más sana y más protegida, tanto de la oxidación como de los procesos inflamatorios y de fotoenvejecimiento que alteran las fibras de colágeno y elastina; pero no protegen la piel a nivel superficial. De ahí que los profesionales sanitarios insistan en que, para estar protegidos de las radiaciones ultravioletas causantes del eritema y el daño solar en la piel y las manchas, debamos aplicar los filtros solares a nivel tópico.

Pese a que existen recomendacioens generales a la hora de tomar estas cápsulas, para conseguir un efecto potente del protector oral debemos seguir siempre las recomendaciones de nuestro médico o el consejo de nuestro farmacéutico de confianza, pues la toma no solo dependerá de la concentración de la fórmula que elijamos, sino también de nuestros condicionantes físicos y ambientales. Así, por ejemplo, para los adultos con alergia solar que vivan en zonas muy soleadas se recomienda tomar cápsulas de protección solar en meses alternos durante todo el año.

  • Comenzar a tomar fotoprotección oral al menos 30 días antes de la exposición solar prolongada. ¿El objetivo? Dar a la piel el tiempo suficiente de formar sus reservas para tolerar mejor los rayos UVA y broncearse mejor con menos sol, consiguiendo así un tono más uniforme y duradero.
  • Reforzar el aporte de fruta y verdura madura en nuestra alimentación durante los meses de mayor exposición al sol. Cuanto más madura y colorada está una fruta, más rica es en carotenoides, es decir, en esos pigmentos antioxidantes que protegen a la piel y a los ojos de la radiación solar. Sin carotenoides, el ADN de las plantas se quemaría con el sol. Gracias a ellos, la melanina, la primera barrera contra la agresión de los rayos ultravioleta, se sintetiza y da lugar al bronceado.
  • Ingerir cápsulas de fotoprotección al menos una hora antes de la exposición solar para aumentar el aporte de antioxidantes en nuestro organismo. Es importante tener en cuenta que durante una exposición al sol el nivel cutáneo de carotenoides baja un 50%. Así pues, un aporte diario es indispensable para recargar nuestras reservas y mantener así nuestro capital.