Cada vez se consumen más azúcares simples, lo que afecta no sólo a la línea; también a nuestra salud. Alimentos procesados, pastelería, bebidas carbonatadas, zumos artificiales, caldos de verduras, cereales... La gan cantidad de azúcar que 'esconden' los alimentos industriales, llegando en muchos casos a superar las ingestas recomendadas, ha levantado las voces de alarma. La experta en nutrición y colaboradora de ¡Hola! En Forma, Marta Lorenzo, nos recomienda reducir, en la medida de lo posible, la cantidad de azúcar que tomamos a lo largo del día y reemplazar el azúcar por alternativas más saludables.
Según la OMS, la alta ingesta de azúcar está relacionada con la aparición de multitud de enfermedades, siendo las más relevantes la obesidad y la diabetes. "Es conveniente recalcar que, cuando hablo de azúcares, me refiero a los azúcares simples o refinados, aquellos que se absorben rápidamente aumentando el índice glucémico y que son los que realmente se consideran perjudiciales para la salud", explica la experta.
En la actualidad, la ingesta de azúcar diaria en España se sitúa en los 94 gramos en los adultos, casi el doble de la cantidad recomendada por la Organización Mundial de la Salud (30- 40 g al día máximo; es decir unas 8-10 cucharadas).
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¿Cómo podemos reducir el azúcar de la dieta?
- No utilizar azúcar blanco refinado de mesa. Si ya ingerimos azúcar en multitud de alimentos, intenta evitarlo añadiendo más al café. En caso de querer endulzar alguna comida, recomiendo mejor utilizar miel, panela, canela o estevia. Lee: La panela, un azúcar mucho más saludable
- Evita las bebidas azucaradas. Además de aportar un extra considerable de calorías, su contenido en azúcar es increíble, eso sin contar lo perjudicial que es para la salud. Además, suelen consumirse como sustitutivo del agua, nutriente tan importante para el funcionamiento de nuestro organismo.
- Evita los precocinados. La gran mayoría contienen altas cantidades de sal, grasas y azúcares. Por comodidad y falta de tiempo, estamos eliminando los productos frescos de nuestra alimentación por los precocinados, siendo estos últimos más perjudiciales, principalmente, porque nos aportan además de azúcares y grasas, aditivos para su conservación.
- Salsas. Si no son caseras, pueden aportar azúcares. Puede que no sea mucha cantidad si es esporádicamente, pero, si nos acostumbramos a comer todo con salsas, la suma si puede ser preocupante. Pueden llegar a aportar unos 25 g de azúcar por 100 g.
- Evita la bollería, pastelería o repostería. Intenta consumir este tipo de alimentos solo esporádicamente. Lo ideal sería realizar tus propios bollos caseros, pudiendo de esta manera utilizar endulzantes más saludables, y así controlar exactamente la cantidad que ingieres.
En definitiva, para garantizar el bajo consumo de azúcar, lo ideal es que la comida sea fresca y evitar todo lo industrial.