¿Está desaconsejado viajar en avión si sufres problemas de orina?
¿Pensabas que solo los pacientes con enfermedad cardíaca debían tener precauciones a la hora de viajar en avión? Pacientes con determinadas enfermedades urológicas, como litiasis renal o personas con enfermedad prostática muy evolucionada, pueden poner su salud en grave riesgo por someterse a vuelos largos
Con la llegada de las vacaciones, el que más y el que menos aprovecha para visitar ese lugar a miles de kilómetros de distancia al que no le compensa viajar durante un fin de semana cualquiera o cuando el calendario laboral estipule la celebración de una festividad que permita hacer puente. Sin embargo, estos viajes de larga duración, sobre todo los que se realizan en avión, suelen suponer una pesadilla para las personas que tienen alguna enfermedad urológica, es decir, un problema que afecte a cualquiera de los órganos encargados de la eliminación de la orina, ya sea a los riñones, a los uréteres o a la vejiga.
Sufrir incontinencia urinaria, por ejemplo, es motivo más que suficiente para muchas personas a la hora de negarse a disfrutar de las vacaciones en esa playa paradisíaca de El Caribe con la que siempre han soñado. Y es que, estas personas pueden tener un escape de orina en cualquier momento: al estornudar, reír, realizar algún esfuerzo o ejercicio físico. Supone un problema higiénico, social y psíquico. Pero la incontinencia urinaria no es el único trastorno urológico que influye en la actividad cotidiana del enfermo y reduce su calidad de vida incluso para decidir destino vacacional.
Entre los problemas urológicos más frecuente destacan las infecciones urinarias, los cálculos renales y la hiperplasia prostática benigna (o agrandamiento de la próstata), entre otros. Algunos pueden resolverse con facilidad para que el paciente pueda llegar a su destino de vacaciones sin presentar complicaciones, pero existen dos enfermedades para las cuales realizar un viaje en avión, sobre todo si es de larga distancia, podría suponer un riesgo tanto para el paciente como para el propio vuelo, pues este podría ser desviado a mitad del trayecto para realizar un traslado sanitario.
Riesgos de viajar en avión con alguna de estas enfermedades urológicas
El doctor Manuel Gutiérrez, urólogo del hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz, indica que los pacientes que corren mayor riesgo a la hora de embarcar son aquellos que presentan la enfermedad litiásica y los pacientes con enfermedad prostática muy evolucionada. “De hecho, en las revisiones urológicas de los pilotos y las tripulaciones de cabina, el hallazgo de una litiasis urinaria les imposibilita volar”, explica el especialista. Y es que, el hecho de tener piedras en el aparato urinario puede derivar en que suframos un cólico nefrítico durante el vuelo, “un cuadro agudo puede ser difícil de resolver durante el vuelo”, asegura el doctor Gutiérrez.
El segundo grupo de pacientes a los que se suele desaconsejar realizar viajes de larga duración es a aquellos pacientes prostáticos muy evolucionados que en alguna ocasión han requerido la colocación de una sonda para la evacuación de la orina de la vejiga. “Si esta situación, conocida como retención aguda de orina (RAO), se presentara durante un vuelo, supondría una circunstancia de difícil resolución durante el viaje”, subraya el médico.
Y es que, los pacientes prostáticos muy evolucionados suelen necesitar vaciar la vejiga con mucha frecuencia, algo que las circunstancias del vuelo no siempre lo permiten. Por tanto, si la espera es muy prolongada, es posible que estos pacientes no puedan iniciar la micción, entrando en retención aguda de orina. “Este cuadro agudo solo se resuelve colocando una sonda urinaria a la mayor brevedad posible, y el material y personal necesario para hacer esta manipulación no suele estar disponible en los aviones”.
Una solución para que los pacientes urológicos puedan viajar
Existe una solución para que estos pacientes con enfermedad litiásica o retención aguda de orina puedan viajar en caso de extrema necesidad: “Aquellos pacientes que hayan sido diagnosticados de enfermedad litiásica y que, por circunstancias especiales, deban realizar un vuelo antes de resolver dicha patología, deben saber que es posible que les sea colocada de manera endoscópica un catéter ureteral, conocido como doble J, que les puede evitar la aparición de un cólico nefrítico y otras complicaciones durante el vuelo. Dicho catéter puede mantenerse colocado durante varios meses, así que es posible realizar el viaje y retirarlo posteriormente”.
Sin embargo, el primer paso que deben dar los pacientes con alguna de estas patología debe ser acudir a la consulta del Urólogo. El médico valorará su caso personal para prevenir que las posibles complicaciones se puedan presentar en pleno vuelo. “De hecho, los pacientes prostáticos severos pueden ser adiestrados por el urólogo para realizarse un autocateterismo de urgencia si fuera necesario, y el material requerido para llévalo a cabo, que es muy reducido, puede llevarse en el equipaje de mano”, asegura el urólogo del hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz. Esta simple precaución de seguir las instrucciones del urólogo evitaría alterar todo un vuelo y poner en riesgo una vida.