Salud visual

Claves para proteger los ojos de los niños debajo del agua

¿Sabes que mientras los niños juegan dentro de las piscinas o en el mar están poniendo en riesgo su salud visual? Los rayos ultravioletas producen daños acumulativos en los ojos

Por hola.com

El hecho de que los niños utilicen gafas de sol ha dejado de considerarse una moda o un tema estético para convertirse en una necesidad, sobre todo en verano. Los adultos por fin son conscientes de que gracias a ellas no solo se impide que cuerpos extraños, como la arena, entren en contacto con ojos de los más pequeños, sino que también pueden evitar que, a la larga, aparezcan patologías como la degeneración macular o las cataratas. Y es que, tal y como subrayan los oftalmólogo, la exposición ultravioleta es acumulativa tanto para la piel como para los ojos.

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Sin embargo, las gafas de sol no son cómodas cuando se practican actividades o juegos dentro del agua. En este escenario, en el que amenazan incluso más riesgos para la salud visual que en el resto de lugares donde inciden los rayos solares, a menudo se tienden a infravalorar las medidas de protección solar. Así, mientras los expertos aseguran que aún sumergidos bajo el agua, a 50 centímetros de la superficie, los rayos de sol son igual de intensos, muchos niños juegan dentro del agua y sus ojos permanecen desprotegidos durante largos periodos de tiempo.

Tres motivos para utilizar gafas de bucear con protección UV

Los expertos recomiendan utilizar unas gafas de bucear para prevenir daños en la salud ocular. Estas cumplirán su función protectora de las radiaciones solares pese a estar sumergidos; pero además, permiten que los gérmenes, las bacterias o los elementos químicos presentes en el agua no afecten al ojo. Y es que, ya sea en el mar, en los ríos, en los pantanos o en las piscinas, podemos encontrar gérmenes y bacterias y elementos químicos que pueden afectar al ojo, como el cloro, la sal o los restos de repelente anti mosquitos o de crema solar. Estos productos en cuestión, sobre todo el cloro, pueden resultar extremadamente irritantes, provocando queratitis y conjuntivitis irritativa.

Las gafas de bucear también ayudan a proteger los ojos de la sequedad. Curiosamente el agua puede provocar que se resequen las mucosas y se desarrolle síntomas de ojo seco. En caso de ser necesario, los oftalmólogos recomiendan recurrir a lágrimas artificiales para refrescar y calmar el ojo seco.

Sin embargo, a la hora de adquirir unas gafar de bucear, solemos encontrarnos con un gran dilema: ¿Cuál elegir? Los expertos insisten en que tan importante como comprobar en el etiquetado que las gafas cuentan con sistema de protección UV, es que tengan un sistema anti-empañado. De esta forma, se evita que cada poco tiempo los niños se tengan que quitar y poner las gafas para limpiarlas. Y que, en consecuencia, terminen por no usarlas. Otras tres claves para asegurarnos de que son un producto de calidad es que tengan el sello CE y la referencia ISO así como el hecho de adquirirlas en un establecimiento de confianza.