Antonio Resines ha sido uno de los pocos personajes públicos que se ha atrevido a hablar de su experiencia con el cáncer colorrectal, y lo ha hecho para ayudar a concienciar sobre la importancia de las pruebas de diagnóstico precoz y para animar a la sociedad a llevar una vida sana que ayude a prevenir este tumor maligno que en España afecta a 1 de cada 20 hombres y 1 de cada 30 mujeres antes de cumplir los 74 años. Y es que no debemos olvidar que el cáncer de colon afecta al intestino, el órgano responsable de absorber los alimentos, los líquidos y los minerales, por lo que el estilo de vida es un elemento clave para prevenirlo. El cáncer colorrectal se desarrolla a partir de pólipos intestinales.
Hasta ahora solo se sabía que la aparición del cáncer de colon se puede prevenir siguiendo unas pautas correctas de alimentación: apostar por el consumo de vegetales, fruta, lácteos y calcio, y evitar las comidas altas en grasas, las dietas basadas en proteínas de origen animal, el consumo excesivo de azúcares simples y las grasas animales. Los oncólogos no se oponen al consumo de la carne, pero advierten que este debe hacerse de forma moderada. En definitiva, los expertos siempre han alabado los beneficios de la dieta mediterránea para reducir el riesgo de cáncer colorrectal.
Aunque la dieta mediterránea se ha asociado con tasas más bajas de cáncer colorrectal, todavía no se habían descrito los elementos de esta dieta que resultan más beneficiosos. Hasta ahora. Un trabajo del Tel Aviv-Medical Center de Israel ha desvelado qué ingredientes son más determinantes a la hora de conseguir ese efecto protector ante el cáncer de colon. El estudio, que se ha presentado en el congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica, celebrado recientemente en Barcelona, identifica que los tres factores clave de ese beneficio son: un alto contenido de pescado, un mayor consumo de fruta y un bajo consumo de refrescos. “Si se cumplen estas tres normas, el riesgo de tener una lesión colorrectal precancerosa avanzada se reduce en casi un 86%”, asegura la doctora Naomi Fliss Isakov, autora del estudio.
Más pescado, más fruta y menos refrescos, la clave para prevenir el cáncer colorrectal
En el estudio participaron 808 personas entre 40 y 70 años que se habían sometido a una colonoscopia como parte del cribado de estos tumores, y a quienes realizaron una serie de cuestionarios para conocer con detalle lo que comían cada día. La adherencia a los componentes de la dieta mediterránea se definió en función de si los niveles de consumo estaban por encima de la media en lo que respecta a frutas, verduras, legumbres, frutos secos, cereales, pescado, aves de corral, carne roja, alcohol y refrescos.
Los investigadores encontraron que en comparación con los sujetos con colonoscopias claras, los que tenían pólipos avanzados fueron los que dijeron comer menos alimentos propios de la dieta mediterránea (una media de 1,9 frente a 4,5). Sin embargo, incluso el consumo de dos a tres componentes de la dieta, en comparación con ninguno, se asoció con la mitad de probabilidades de tener pólipos avanzados.
Además, las probabilidades se redujeron por cada componente adicional, lo que significa que cuanto más se cumple menores son las probabilidades de tener pólipos colorrectales avanzados. Después de ajustar los datos teniendo en cuenta otros factores de riesgo de cáncer colorrectal, los investigadores constataron que el consumo elevado de pescado y fruta y tomar pocos refrescos es lo que más reduce el riesgo de desarrollar pólipos.