Por mucho que la esperanza de vida en la mujer siga alargándose y existan métodos cada vez más efectivos que permitan “disimular” el paso de los años, su capacidad reproductiva sigue siendo la misma que la que tenían sus antepasadas en la Prehistoria. Y es que, tal y como ocurría entonces, en el momento del nacimiento, el ovario ya tiene todos los óvulos que producirá durante toda su vida. De este “depósito” van saliendo estas células continuamente y algunas de ellas maduran hasta convertirse en fértiles. Sin embargo, llega el día en que este depósito se agota y la mujer deja de tener la regla. Esta situación, conocida como menopausia, se produce cuando la mujer alcanza la edad madura.
A falta de que la ciencia desarrolle un método o tratamiento para evitar la llegada de esta patología, hoy en día todas las mujeres del mundo se ven afectadas por los cambios físicos, sociales y psicológicos propios de la menopausia. “Mientras algunas mujeres consideran la menopausia una “bendición” al no tener que preocuparse por la posibilidad de una gestación, otras lo viven con mayor pesar, como un momento de cambio entre la juventud y la vejez”, explica el doctor Plácido Llaneza, presidente de la AEEM (Asociación Española para el Estudio de la Menopausia).
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La menopausia, ¿un tema todavía tabú incluso en consulta?
El hecho de que la menopausia tenga tan elevada “prevalencia” no ha sido suficiente para conseguir que se hable de ella con naturalidad. “A menudo, las mujeres esperan que sean sus médicos quienes les pregunten, sobre todo cuando los síntomas están relacionados con el estado de ánimo o la sexualidad: la disminución de la libido, la sequedad vaginal, etc”, lamenta el médico.
Ante esta situación, el doctor insiste en que “una escucha activa, una buena empatía y mantenerse al día de los últimos avances médicos siempre son la receta más efectiva para que la mujer que padezca los síntomas de la menopausia se adhiera al tratamiento”. Subraya que los profesionales sanitarios tienen la responsabilidad de explicar a las mujeres que la menopausia es una etapa más de la vida y que es un momento óptimo para adoptar medidas preventivas. “No debemos de olvidar que la esperanza de vida actual de la mujer en España supera los 80 años y que la menopausia suele ocurrir hacia los 51 años; por lo tanto una gran parte de la vida de la mujer va a transcurrir en la posmenopausia, una etapa en la que el 80% de las mujeres refieren algún síntoma”, comenta.
“Los sofocos son incómodos y a menudo impiden el descanso nocturno con lo que, durante el día, las mujeres que los sufren suelen encontrarse cansadas e irritables. Con el paso del tiempo, los sofocos sueles disminuir, pero aparecen otros síntomas como la sequedad vaginal que altera la vida sexual. Además, la menopausia también afecta a la piel y al pelo y, a largo plazo, pueden desarrollarse problemas de osteoporosis o vasculares”, advierte el presidente de la AEEM.
Fobia a los tratamientos hormonales para la menopausia
Este sentimiento de vergüenza y pudor a la hora de consultar con el médico se une al miedo que existe a recibir una terapia hormonal para tratar la sintomatología de le menopausia. La fobia a los tratamientos hormonales originada por los falsos mitos hace que muchas mujeres se acaben resignando a sufrir los síntomas asociados a la etapa menopaúsica, como sofocos, insomnio y trastornos osteoarticulares, que les merman su calidad de vida. Es decir, pierden la oportunidad de realizar un tratamiento y, por tanto, sufren, sin ninguna necesidad, síntomas que alteraban claramente su calidad de vida. Las cifras hablan por sí solas: De un 20% de mujeres susceptibles de recibir tratamiento por sintomatología grave asociada al climaterio, sólo se trata el 1%.
Este miedo injustificado al empleo de hormonas después de la menopausia se empezó a generalizar en el año 2002, cuando se asoció el uso de estrógenos tras la menopausia con el cáncer de mama. Sin embargo, el doctor Llaneza aclara: “Este estudio WHI (Women's Health Iniciative) se realizó hace 15 años en un grupo de pacientes de edad avanzada y con un tipo específico de terapia hormonal. Los resultados fueron erróneamente generalizados para todas las mujeres menopáusicas y para todos los grupos de edad”.
¿Qué hay de cierto sobre las terapias hormonales en la menopausia?
“Hoy estamos más seguros de cómo funcionan los tratamientos y disponemos de nuevas terapias. Sabemos que las hormonas no pueden ser empleadas de forma indiscriminada y sin control médico, pero la posición actual de las Sociedades Internacionales de Menopausia es que el uso de la terapia hormonal aporta beneficios que superan a los riesgos cuando se usa en mujeres menopáusicas con síntomas que alteran su calidad de vida, antes de los 60 años y bajo control médico. Por otro lado, es importante señalar que en aquellos casos en que la menopausia se presenta antes de los 40 años, el tratamiento con hormonas está especialmente indicado”, asegura el doctor Llaneza.
El experto detalla que, pese a que existen diversos tipos de tratamientos, la terapia más efectiva para tratar los síntomas menopáusicos es la reposición de las hormonas que faltan. A este respecto, menciona que, en muchas ocasiones, los síntomas de la menopausia pueden solucionarse con hábitos de vida saludable, evitando el sedentarismo, siguiendo una dieta correcta, evitando tóxicos y llevando una vida social activa y estimulante.