Deporte bajo el sol: lo que debes saber para no poner en riesgo tu salud
Llega el verano, cambian algunas rutinas y podemos sacar más tiempo para ponernos en forma –y, de paso, echarle un cable a la operación bikini perdiendo algún kilo de más-. Y todo ello, disfrutando de los deportes al aire libre como el running, el senderismo o los deportes acuáticos. Eso sí, con cabeza y sin forzar demasiado la máquina, pues también debemos extremar las precauciones para protegernos del sol y del calor correctamente. Te recordamos algunos consejos básicos.
- Evita el calor. La temperatura es muy importante para evitar una insolación o la deshidratación de nuestro cuerpo. Por eso, en verano hay que correr en horas bajas de sol como a primera hora de la mañana o a última de la tarde cuando el sol aún no aprieta y el ejercicio no se hace tan pesado. Además, así tendremos libre todo el día para estar con amigos o hacer otros planes. Hay que ser previsor y pensar qué haríamos si nos da un golpe de calor, algo muy frecuente durante el verano. Lo primero de todo es relajarse y dejar unos minutos el ejercicio que se esté haciendo, hidratarse bien (agua o bebidas isotónicas) y dar sorbos pequeños, mojar un poco una toalla y humedecerse el cuerpo para bajar la temperatura corporal.
- La hidratación, básica. Es importante estar hidratado y tener siempre agua a mano. Nunca hay que esperar a tener sed para beber agua, ya que la sed aparece cuando el cuerpo ya está en parte deshidratado. Y, recuerda: el agua es una magnífica fuente de hidratación para nuestro cuerpo, pero no es la única saludable. Podemos reponer nuestros niveles de agua y encontrar esta fuente de hidratación también en multitud de frutas y verduras. Y especialmente en forma de zumos ¡naturales! Combinar diferentes frutas y verduras frescas es una magnífica elección para hidratarse, refrescarse y alimentarse a cualquier hora del día. Eso sí, huye de las bebidas azucaradas y carbonatadas que solo te aportan calorías vacías. Lee: Los mejores smoothies para deportistas
- Aliméntate para protegerte del sol. Zanahorias, tomates, espinacas... nos ayudan a protegernos ante daños causados por el sol. Con frecuencia olvidamos uno de los básicos a la hora de proteger nuestra piel: la alimentación. Prepararla desde el interior es proteger y cuidar las células y los tejidos internos para un mejor aspecto exterior y para prevenir los daños que puede producir la radiación solar. Así que recuerda que no solo las cremas fotoprotectoras nos protegen de las consecuencias del daño solar y toma nota de estos alimentos que nos recomiendan los expertos en nutrición.
- El sol no perdona. Y más aún cuando haces deporte -especialmente en aquellos de alta exposición solar como la natación, el ciclismo, el running o el trekking-, pues se suda más y se elimina el protector solar más fácilmente. Por ello, en tu bolsa de deporte, junto con el agua, no olvides incluir una crema con FPS, para reaplicarla al menos cada 90 minutos. Los dermatólogos recomiendan recurrir a lociones especiales de nivel máximo resistentes al agua y al sudor con un filtro de protección que no baje del FPS 30.
- Gorras, ropa comoda con FPS y transpirable, gafas de sol... . Además, es importante usar el calzado adecuado para no sufrir lesiones y, en el caso de elegir la bicicleta, no dejarse en casa el casco.