En los últimos 15 años ha habido una considerable explosión en el consumo de bebidas energéticas que contienen cafeína o taurina, sobre todo entre los adolescentes y adultos jóvenes. Algunos no dudan en recurrir a estas bebidas estimulantes para soportar largas jornadas de concentración y de estudio. Otros consideran que estas bebidas son la herramienta perfecta para evitar sufrir somnolencia al volante. Y los hay que aseguran que les ayuda a mantener los niveles de hidratación óptimos y el cuerpo desperezado mientras practican deporte. Sin embargo, cada vez más especialistas médicos desaconsejan el consumo de bebidas energéticas por los efectos que provocan en la dinámica de la sangre que circula por nuestro organismo y en el funcionamiento del corazón. Detrás de ello ya hay sólidas conclusiones científicas.
Científicos australianos, liderados por el profesor Christopher Semsarian, de la Universidad de Sydney, han evaluado el riesgo de eventos cardíacos tras el consumo de bebidas energéticas en pacientes diagnosticados con el síndrome QT largo congénito. Esta es una anormalidad estructural en los canales de potasio y sodio del corazón que predispone a las personas afectadas a sufrir taquicardias. En personas jóvenes puede conducir a pérdidas de conciencia y a parada cardíaca e incluso a la muerte súbita. Estas consecuencias son debidas a que algunas personas desconocen su condición real con respecto a esta enfermedad.
Estos científicos australianos han llevado a cabo el primer estudio diseñado específicamente para probar los efectos de estas bebidas energéticas en individuos que portan las mutaciones genéticas que causan el síndrome de QT largo congénito. En el texto, publicado en el International Journal of Cardiology, informan que incluso pequeñas cantidades de bebidas energéticas pueden causar cambios en el corazón que pueden conducir a arritmias que amenazan la vida. Tras extraer estas conclusiones, el investigador principal del estudio asegura que “el potencial riesgo cardiovascular de las bebidas energéticas continúa emergiendo como un importante problema de salud pública”.
Cafeína y taurina en las bebidas energéticas, un riesgo para el corazón
El estudio fue diseñado para evaluar las respuestas cardiovasculares agudas al consumo de bebidas energéticas en pacientes con LQTS familiar y para descubrir si los efectos cardiovasculares identificados se correlacionaban con los cambios en los niveles sanguíneos de los ingredientes activos: cafeína y taurina. Reclutaron a 24 pacientes de entre 16 y 50 años. Más de la mitad eran sintomáticos antes del diagnóstico y recibían terapia con betabloqueantes. La mayoría de ellos habían sido sometidos a pruebas genéticas, 13 de los cuales tenían una mutación documentada patógena o probablemente patogénica.
Los participantes fueron asignados a la bebida energética o a grupos de control de bebidas. El grupo que consumió bebidas energéticas recibió dos latas del producto sin azúcar que sumaban 160 mg de cafeína y 2000 mg de taurina, totalizando 500 ml. La bebida que se proporcionó al grupo de control fue de 500 ml sin cafeína ni taurina. Los electrocardiogramas y la presión arterial se registraron cada 10 minutos, mientras que las pruebas de sangre se repitieron cada 30 minutos hasta completar un tiempo total de observación de 90 minutos.
Los resultados del estudio muestran que el 12,5% de los participantes presentaron una prolongación QT peligrosa tras el consumo de bebidas energéticas y dos terceras partes presentaron aumentos bruscos de la presión arterial. Estos pacientes tenían antecedentes familiares de muerte cardíaca súbita y dos de ellos habían experimentado previamente manifestaciones clínicas graves. Recibieron un desfibrilador para el síncope recurrente.
Estas cifras pueden parecer insuficientes, pero Federica Dagradi, doctora del Centro de Arritmias Cardíacas de Origen Genético del Instituto Auxológico Italiano (IRCCS) comprende que “cuando algo es ingerido por millones de personas en todo el mundo, un porcentaje como el 12,5% no es una cantidad pequeña”. A este respecto, añade que “debemos evitar propagar alarmas y miedos injustificados, pero al mismo tiempo, no debemos ignorar los peligros potenciales”.
Los efectos hemodinámicos (en la dinámica de la sangre y en el funcionamiento del corazón) de las bebidas energéticas en adultos jóvenes sanos han sido evaluados en estudios previos. Los resultados incluyen aumento de la presión arterial, pero aún no se habían estudiado los cambios en la frecuencia cardíaca. El profesor Peter J. Schwartz, director del Centro de Arritmias Cardíacas de Origen Genético del Instituto Auxológico Italiano de Milán comenta que estas conclusiones implican que “un número significativo de jóvenes con LQTS se ayudará a las bebidas energéticas para estudiar o conducir sin conocer su condición real; por lo tanto, se pone a sí mismo en peligro”.