Cuida tu dieta, sin obsesiones
Como experta en nutrición, os imaginaréis que soy defensora absoluta de la buena alimentación, creyendo al 100% en las propiedades beneficiosas de ciertos alimentos, y en las perjudiciales de otros. Pero, también considero que la clave está en el equilibrio y que, aunque debamos comer con más frecuencia los alimentos considerados 'saludables', desterrar de la dieta completamente ese alimento que nos pierde -generalmente, rico en calorías vacías- no es la solución. De hecho, la mayoría de dietiestas y especialistas en nutrición coinciden en que para que una dieta no suponga un fracaso es necesario contar con un día trampa o ‘cheating day’ en el que no existan los alimentos prohibidos.
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El problema es que hoy en día nos estamos encontrando los dos extremos: tanto la persona que no mira por su salud y sufre un exceso de peso considerable (obesidad); como la que vive obsesionada con su peso y con alcanzar un físico ideal -y que puede llegar a acarrear problemas de salud como la vigorexia y otros trastornos de la alimentación-. Pues bien, ni una cosa ni otra…
Es muy importante llevar una dieta saludable, pero no hace falta obsesionarse si algún día no podemos comer correctamente o tenemos algún compromiso social que nos hace 'salirnos' de nuestro plan. Por otro lado, hay veces que queremos comer bien, pero por nuestro ritmo de vida o posibilidades, nos resulta complicado -hay que intentarlo pero sin desesperarse-. Además, ¡ojo! con obsesionarse con los alimentos que ingerimos, con su composición nutricional, su procedencia o calidad, como los ricos en azúcar, lácteos, carnes rojas o los ricos en grasa. Puede llegar a afectarte a nivel social y, provocarte un trastorno llamado ortorexia. Por supuesto que algunos son alimentos de los cuales no podemos abusar, pero no pasa nada si los ingerimos esporádicamente o, incluso, una vez a la semana. En el caso de los lácteos, por ejemplo, su ingesta debe ser diaria.
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Lo que tenemos que tener claro es que no debemos excluir ningún alimento de nuestra dieta, simplemente consumirlo con menos frecuencia y, mucho menos, obsesionarnos con la composición de los alimentos de forma que nos pasemos el día contando calorías. Estos hábitos o comportamientos lo único a lo que nos pueden conducir es a sufrir un trastorno de la alimentación y a limitarnos socialmente, hasta el punto que comer fuera de casa llegue a resultar un problema.
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Si no sabemos llegar a ese equilibrio, os recomiendo que os pongáis en manos de un especialista dietista-nutricionista, que os ayude a combinar dieta equilibrada, variada y sana con vuestro estilo de vida.
¡Os dejamos algunos consejos que conviene recordar de cara a la operación bikini!
- Desconfía de las dietas milagro. Este tipo de dietas son pan para hoy y hambre para mañana. Si tienes un problema de obesidad y no eres capaz de reducir el peso, ponte en manos de un profesional. Lee: Cómo reconocer una dieta 'milagro'
- Comer 5 veces al día. De esta manera activamos el metabolismo, llegando a las comidas principales con menos hambre y evitando el picoteo entre horas. También es importnate crear una rutina en cuanto a los horarios. Lee: Aprende a planificar tus menús semanales con estos consejos
- Mínimo 1 ración de verdura al día y 3 de fruta. Los vegetales y frutas son una fuente de salud. Las verduras contienen proteínas y tienen la ventaja de que no nos aportan grasas saturadas ni colesterol. Además, las de hoja verde (como las acelgas, las espinacas, los berros…) son alimentos que también contienen bastante calcio. En el caso de la fruta, se consideraría una ración, por ejempl,o un kiwi, dos mandarinas o una rodaja de sandía. En el caso de la verdura, hablaríamos de 200 g de brócoli o 150 - 200 g de tomate.
- Ingerir alimentos ricos en fibra. Estos nos ayudan a bajar de peso y a sentirnos saciados. En caso de sufrir déficit en zinc, debemos de tener cuidado con la fibra ya que puede aumentar su déficit.
- No excluir ningún alimento de la dieta. Solamente aquellos ricos en grasas saturadas, es decir, las malas para la salud. Lo ideal es una dieta equilibrada, variada y sana en la que se come de todo.
- Importante respetar el desayuno todos los días. El desayuno es una comida que puede ayudarte mucho a controlar tu peso. Lee: Qué comer en el desayuno si queremos perder peso
- Respetar 3-4 raciones de pescado semanal. El pescado blanco es ideal por su valor nutricional y su bajo índice calórico (procura comerlo 3 o 4 veces por semana).
- Buena hidratación. Es el vehículo que tu organismo utiliza para deshacerse de las toxinas. Para una alimentación sana debemos beber mínimo un litro y medio o dos de agua diaria.
- Practica ejercicio. Te ayudará a regular el apetito y a bajar de peso. Al menos 2 ó 3 veces por semana, incorpora pequeños gestos a tu rutina diaria, como subir y bajar por las escaleras e ir andando a los sitios siempre que puedas.
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