La pérdida de cabello es uno de los problemas de salud que más puede llegar a afectar la calidad de vida de las mujeres. Pero no todos los casos en que se produce pérdida de pelo son iguales: existen más de 100 tipos diferentes de alopecia con causas muy variadas (hormonal, autoinmune, por causas alimentarias, por estrés, por fármacos, por enfermedades internas…). Por tanto, lo primero ante una paciente con pérdida capilar es hacer un correcto diagnóstico médico para seleccionar el mejor tratamiento.
La alopecia androgénica, la forma más frecuente de alopecia, afecta a aproximadamente una de cada cuatro mujeres. Tiene un origen hormonal y genético, y clínicamente se presenta con una pérdida de densidad a nivel de la raya del pelo por afinamiento de los folículos. Las pacientes perciben que su raya del pelo se va ensanchando progresivamente. Con el tratamiento médico adecuado será posible no sólo frenar la evolución del proceso, sino que además las pacientes presentarán un engrosamiento del cabello mejorando mucho su aspecto.
Otra forma muy común de pérdida de pelo es el efluvio telógeno. Consiste en una caída acelerada del cabello, produciendo una importante pérdida de volumen capilar, las pacientes perciben que su coleta se reduce más de un 50% de lo que era inicialmente. Puede producirse por cualquier factor que cause estrés físico (una cirugía, una gripe…) o estrés emocional (pérdida de un ser querido, ruptura de una relación sentimental, etc). En el caso del efluvio telógeno el pronóstico a la larga es muy bueno ya que tiende a frenarse espontáneamente al cabo de unos meses.
Terapias efectivas frente a la pérdida de pelo en la mujer
A nivel terapéutico, podemos decir que a pesar de que se escuche que existen miles de remedios mágicos, desde el punto de vista médico sólo existen dos o tres tratamientos que realmente son efectivos frente a la pérdida de cabello. Uno de los más utilizados es el minoxidil, un líquido que se aplica por las noches y hace que el cabello se vaya engrosando, debe utilizarse a largo plazo y los efectos comienzan a percibirse a partir de los seis meses de tratamiento.
En el caso específico de la alopecia androgénica, una terapia muy efectiva son los medicamentos antiandrógenos. Estos fármacos evitan la acción de las hormonas masculinas a nivel de la raíz del pelo, que es la causa del afinamiento capilar que padecen estas pacientes. Médicamente es un tratamiento con un perfil de seguridad muy bueno, con la precaución de evitar el embarazo mientras dure el tratamiento. Estos medicamentos pueden administrarse vía oral, pero también vía tópica o de forma más moderna en forma de microinyecciones dos o tres veces al año. En un segundo plano, existen otros tratamientos que pueden utilizarse como complemento a lo anterior, como puede ser el plasma rico en plaquetas o el láser de baja potencia.
En algunos casos, el trasplante capilar será otra herramienta de gran importancia en las mujeres con alopecia, siempre como complemento al tratamiento médico. Es una cirugía mínimamente invasiva que se realiza con anestesia local, y que permite incrementar de forma llamativa la densidad capilar. La paciente puede hacer vida normal a la semana de la cirugía y el resultado es máximo pasado un año desde la intervención.
¿Y qué hay acerca del futuro? En el futuro estaremos hablando de otras terapias como la clonación capilar (conseguir miles de pelos a raíz de las células madre de un solo folículo). Pero mi estimación es que aún quedan más de 10 años de investigación para poder empezar a utilizar este tratamiento en nuestras pacientes.
Dr. Sergio Vañó Galván, Director de la Unidad de Tricología y estudio de las alopecias del Hospital Universitario Ramón y Cajal. Director de la Unidad de Tricología y Trasplante Capilar de la clínica Grupo Pedro Jaén. Miembro del Grupo Español de Tricología y de la European Hair Research Society. Coordinador de Investigación clínica del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Ramón y Cajal, Madrid.