El agua es el componente más importante del organismo -supone un 60-70% de nuestro cuerpo- y, por ello, su aporte a través de la dieta resulta imprescindible. Aun así, la mayoría de las personas no ingiere ni la mitad de agua al día recomendada. Para conseguir una buena hidratación, lo recomendable es beber entre 8-10 vasos de agua al día y, si no somos capaces, combinar con la ingesta de zumos, infusiones, caldos y alimentos ricos en agua.
© Fotolia
La ingesta de agua al día en una persona adulta y sana debería oscilar entre 1,5 l.- 2 l. /día. En el caso de que practiques deporte, las necesidades aumentan a los dos y tres litros al día. Esta es la teoría, pero, desde mi punto de vista, hay personas que tienen más necesidades hídricas que otras; por lo que considero que mientras te sientas hidratado y no descuides el agua, tú mismo deberías saber cuál es tu aporte ideal.
- Lee: La importancia de la hidratación en el ejercicio
Además, cuando hablamos de la ingesta de 1,5-2l de agua al día, hay que tener en cuenta que dentro de este valor entraría también la cantidad de agua ingerida a través de los alimentos u otros líquidos. Así que, si no somos muy afines al agua y nos cuesta beberla diariamente, podemos aportarla a través de algunos alimentos u otras bebidas, como por ejemplo:
- Zumos naturales. Aportan gran cantidad de agua, además de vitaminas. Podemos beber uno o dos vasos al día y siempre que sean naturales; ya que los comerciales suelen contener azúcares añadidos. Pero no debemos sustituirlos por el agua, es decir, no tomar más de 4-8 vasos al día; ya que, a pesar de ser naturales, aportan calorías, algo que el agua no hace por ser acalórica.
- Infusiones. Estas son muy buena opción; ya que si, además, elegimos infusiones como el té verde o rojo, nos pueden proporcionar sustancias tan beneficiosas como los antioxidantes. Además, al ser una bebida que se toma en caliente, ayuda a evitar el estreñimiento favoreciendo el vaciamiento intestinal. Lo único por lo que debemos tener cuidado es por su efecto diurético que puede hacer que, si abusamos de ellas, lleguemos a desmineralizarnos. Nunca recomendaría más de 2-3 tazas al día.
- Caldos desgrasados. Otra opción muy apetecible, sobre todo en invierno, es la ingesta de sopas o caldos en las comidas. Además de cómodas y nutritivas, nos hacen entrar en calor y lo más importante, nos aportan una cantidad considerable de agua. Opta por caldos caseros; ya que los de brick suelen contener gran cantidad de sal y otros conservantes.
- Alimentos. Por último, debemos tener en cuenta que el contenido en agua de frutas y verduras es del 90%, pero para aprovechar al máximo su aporte se deben consumirse crudas. En el caso de la carne y del pescado, no es tanta la proporción, pero contienen un 60-75% de agua.