La información y recomendaciones nutricionales que encontramos en el etiquetado de los alimentos deberían estar en constante revisión. Algunos organismos como la OCU y la SEEN –Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición- piden algunos cambios para frenar la gran epidemia de obesidad en nuestra sociedad, entre ellos que los fabricantes declaren la cantidad real de azúcares añadidos y se incluya la etiqueta ‘Actividad física equivalente’.
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Cierto es que con la entrada en vigor de los nuevos etiquetados, desde el 13 de diciembre de 2016 se hace mucho más sencillo leer las recomendaciones nutricionales de los envases como las grasas saturadas, los hidratos de carbono (entre ellos están los azúcares), la cantidad de sal… Un esfuerzo por facilitar información básica sobre las características nutricionales de los alimentos que nos llevamos a la boca y que son tan importantes para nuestra salud. Pero, ¿es suficiente para hacer frente a la actual epidemia de obesidad?
Esta semana, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ponía en marcha su campaña de concienciación ‘Menos azúcar, más sano’ con la que pretende una reducción de la cantidad de azúcar presente en los alimentos. En la actualidad, la ingesta de azúcar diaria en España se sitúa en los 94 gramos en los adultos, casi el doble de la cantidad recomendada por la Organización Mundial de la Salud y cuatro veces más de la cantidad que la misma OMS considera como cantidad ideal.
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Azúcar, principal causa de obesidad
Para OCU, este consumo excesivo de azúcar es una de las causas de que un 54% de la población española sufra de sobrepeso u obesidad, un porcentaje que alcanza el 43% en el caso de los niños. Por eso, desde la organización advierten que la reducción de las tasas de sobrepeso en España pasa también por lograr un mayor control en la publicidad dirigida a menores y, fundamentalmente, por que el consumidor sea capaz de conocer la cantidad exacta de azúcar añadido a los productos para poder cubrir sus necesidades nutricionales sin exceder los límites recomendados; y reclaman que, al igual que ocurre en Estados Unidos desde el pasado mes de julio, en España sea obligatorio indicar en el etiquetado la cantidad de azúcares añadidos. También que en el caso de productos con altos contenidos de azúcar como, por ejemplo, galletas, bollería o lácteos, no puedan llevar ningún tipo de alegación nutricional o de salud, ni cualquier tipo de aval científico que los respalden; ya que se trata de productos con una excesiva presencia de azúcar y, por tanto, poco saludables. De igual modo, insisten en la necesidad de establecer medidas que hagan obligatoria una reducción de al menos el 10% de azúcares añadidos en los productos procesados, sin que venga acompañada de una sustitución por edulcorantes.
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Las etiquetas también deben decir cómo quemar calorías
Por otro lado, desde diferentes organismos públicos, entre ellos la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), aconsejan incluir un nuevo símbolo en el etiquetado de los envases: la de Actividad Física Equivalente (AFE), como una medida más para reducir el consumo de alimentos hipocalóricos y fomentar el deporte. “De esta manera, se mostraría la relación entre las calorías contenidas en un producto y un ejercicio físico equivalente en gasto energético. Sin embargo, este símbolo no debería llevarnos al error de simplificar sobre el hecho de que el consumo de cierta cantidad de un alimento puede ser neutralizado mediante una actividad física preestablecida. Además de la cantidad de energía que nos proporciona un alimento, es importante tener en cuenta la calidad de los nutrientes que aporta, sean éstos macronutrientes (hidratos de carbono, grasas y proteínas), contenido en vitaminas y minerales, sal, fibra, etc.”, explica el Dr. Francisco Botella Romero, del Área de Nutrición de la SEEN.