Alimentos congelados, ¿una buena opción?
Por razones diversas relacionadas, sobre todo, con la falta de tiempo, buscamos la rapidez y la comodidad a la hora de elegir nuestros menús. Pero, muchas veces, no pensamos si realmente es lo más nutritivo, simplemente pensamos en que la comida estará lista en cinco minutos.
Para estos casos, puede parecernos que los alimentos congelados son la mejor opción; ya que son fáciles de preparar al haber sido elaborados antes de la congelación y solo hay que calentarlos. Sin olvidarnos de que cuando se congela un alimento se deben seguir una serie de normas muy importantes para garantizar la seguridad del consumidor y la del propio alimento, ya que, si no se congela adecuadamente, puede sufrir daños principalmente en su textura. Por ello, se deben utilizar unos envases o envoltorios herméticos adecuados.
Y, ahora, la gran pregunta: al haber sido manipulados, ¿realmente podemos comparar estos productos con los alimentos frescos? Estos son algunos de los beneficios y los inconvenientes del consumo de alimentos congelados.
Ventajas de los alimentos congelados
- Seguramente la razón más aplastante del consumo de estos productos es la comodidad y rapidez. Podemos conseguir una dieta variada a base de estos productos sin la necesidad de cocinar mucho ni teniendo que ir al supermercado a diario.
- Son alimentos seguros. Están limpios, libre de microorganismos y en el envase se señala la fecha de caducidad para dar seguridad al consumidor. Suelen ser alimentos de larga conservación, pueden durar hasta meses.
- Un alimento bien congelado conserva en buenas condiciones sus propiedades. Hablo de sus características organolépticas como textura, color y olor.
Desventajas de los alimentos congelados
- No suelen tener el mismo sabor que los alimentos frescos, perdiendo en gran parte su aroma.
- Son más pesados porque, en la mayoría de casos, tienen un alto contenido en grasas trans.
- Para mí la desventaja más importante es su valor nutritivo. Pierden gran cantidad de vitaminas, aportan grasas trans y contienen, además, aditivos como el glutamato monosódico (del cual no se debe abusar) mucha sal y, en algunas ocasiones, especias que pueden llegar a ser hasta indigestas. Por todo esto, son alimentos que, comparados con los frescos, aportan más calorías y nos predisponen a sufrir obesidad.
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