¿Qué sabes del vitíligo?

por Europa Press

Hay enfermedades que, pese a no estar entre las más prevalentes, se asocian y se dan a conocer globalmente gracias a aquellos personajes públicos que las padecen. Así, si uno piensa en el científico Stephen Hawking le viene a la cabeza la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), mientras que el mundo supo un poco más del Parkinson desde que se diagnosticó la enfermedad al boxeador Mohamed Ali.

Aunque siempre se rumoreó que el cantante Michael Jackson padecía vitíligo, hubo que esperar a la autopsia en 2009 para confirmar el diagnóstico. Desde entonces, y en conmemoración por su muerte, cada 25 de junio se celebra el Día Mundial de esta enfermedad cutánea. Pero, más allá de la despigmentación de la piel y la aparición de manchas blancas ¿qué sabemos de ella?
Las manchas están provocadas por la ausencia de células productoras del pigmento o melanina que da el color moreno a la piel, lo que hace que se manifieste como zonas más blancas en contraste con el resto, según informa la Asociación de Pacientes de Vitíligo (ASPAVIT).
Su intensidad es más visible en personas morenas o después de la exposición al sol, por el bronceado de las zonas adyacentes, y se estima que este problema afecta, en mayor o menor grado, a en torno un 1-2 por ciento de la población, unas 900.000 personas en España.

Las zonas más comúnmente afectadas son cara, dedos, pubis, axilas, rodillas o caderas, si bien pueden aparecer lesiones en cualquier parte del cuerpo.
En el 40 por ciento de los casos el vitíligo es hereditario, aunque lo que se hereda es la predisposición genética, no la propia enfermedad. Además, aunque puede aparecer en cualquier edad, hay dos etapas en las que su presencia es más frecuente, antes de los 20 y después de los 50.

Sobre su origen, todavía es desconocido pero hay teorías que apunten a un problema autoinmune, por el que el propio organismo destruye los melanocitos (células de la piel que fabrican la melanina). Pero otros autores defienden que determinadas sustancias (catecolaminas) segregadas en las terminaciones nerviosas tendrían un efecto toxico para estas células.
Y aunque en general es una enfermedad benigna y sin consecuencias importantes sobre la salud general, pacientes y dermatólogos reconocen que el principal problema que conlleva es el impacto psicológico y el efecto que puede tener en las relaciones sociales.
"Muchas veces los pacientes sufren soledad, aislamiento, acoso y 'bullying', problemas laborales, relacionales y de pareja. En ocasiones con desequilibrios psicológicos personales, debido al desconocimiento de la población sobre esta enfermedad", ha destacado la asociación en un comunicado.

POSIBILIDADES DE TRATAMIENTO
Aunque no tiene cura, la Asociación Española de Dermatología y Venerología (AEDV) recuerda que existen diferentes tratamientos que evitan que la enfermedad se agrave y que deben ajustarse a cada paciente de manera individualizada:

- Tacrolimus tópico por la noche para facilitar la migración de los melanocitos hacia la zona afecta.

- Luz Ultravioleta en la banda UVB-NB, principalmente, o incluso luz solar controlada en países soleados como España. Sin luz es imposible estimular los melanocitos de cualquier reservorio, sea el nido peri-folicular o de la piel peri-lesional.

- Khellin tópico: treinta años de experiencia hacen que esté completamente convencido de la efectividad de la utilidad del khellin aplicado tópicamente más exposición ultravioleta. La combinación con una exposición solar mínima de 5, 10 o 15 minutos diariamente acostumbra a obtener excelentes resultados en las áreas corporales de buena respuesta. Es muy útil en países soleados como el nuestro.

- Antioxidantes orales: dado que la función de la luz es imprescindible y conociendo la producción de radicales libres por su acción, valorando la teoría de la profesora Schallreuter del defecto de los melanocitos en el vitíligo para gestionar los radicales libres parece útil la aportación de antioxidantes orales de demostrada eficacia como el 'Pollypodium Leucotomos' y la vitamina E. Estas permiten evitar al máximo el posible daño fotoinducido y crean un mejor ambiente para la migración de nuevos melanocitos.