Ahora que se acerca el verano y podemos disfrutar al fin de unos merecidos días de descanso, es el momento de desconectar; pero también de pararnos a reflexionar y hacer balance de un largo año cargado de retos profesionales y duro trabajo. A veces, como nos explica el experto en psicología del trabajo y autor de ‘La clave del éxito: teoría y práctica para alcanzar tus sueños’, Xavier Savin, en una sociedad que cada vez vive más deprisa, no está de más dedicar algo de tiempo a analizar nuestros objetivos, establecer prioridades y poner en marcha esos pequeños cambios que harán que el próximo curso volvamos al trabajo con energías renovadas. ¡Apunta las claves que nos da el experto para ser un poquito más felices en el trabajo!
Internet y las redes sociales han conseguido una hiperconectividad que ha modificado nuestros hábitos de vida y de trabajo. ¿Hasta qué punto estar hiperconectados las 24 horas del día nos hace más felices?
Estar constantemente conectados nos afecta de manera negativa e impide que podamos permanecer concentrados en una actividad; por lo que es muy recomendable limitar los momentos de acceso a internet y redes sociales para que no interfieran constantemente con nuestro trabajo y hábitos de vida.
¿Cómo afecta al plano laboral? ¿Qué consecuencias tiene en nuestro bienestar no ser capaces de desconectar ni siquiera en vacaciones?
Del mismo modo que sabemos que mientras dormimos nuestro cerebro consolida determinados recuerdos y aprendizajes, es necesario ‘parar’ durante unos días. Eso nos permite coger perspectiva a la vuelta de vacaciones e iniciar un nuevo periodo mucho más fructífero que si no lo hacemos. El que para, repara.
Sin embargo, Internet también se presenta como una oportunidad laboral para muchos emprendedores. ¿Cómo podemos aprovecharlo?
Efectivamente, el modelo ha cambiado y, en mi opinión, no necesariamente a peor. Las redes sociales permiten conocer tanto al profesional como a la persona y eso nos acerca a la compra de proximidad que practicaban nuestros abuelos. Ahora puedo saber que el mecánico de mi taller se está formando, que ha invertido en maquinaria, y también que ha disfrutado de sus vacaciones o que le gusta salir en bicicleta. La llamada marca personal no trata sólo los aspectos profesionales; sino también significa tener una relación más cercana con clientes y proveedores que podrán conocer nuestros valores, gustos, etc… Si desarrollamos gran parte del trabajo por internet, además podemos hacerlo desde casa; lo que es de gran ayuda a la hora de conciliar familia y trabajo.
En tu libro señalas el ‘síndrome de la rana hervida’ como uno de los motivos de descontento en el trabajo y que hace referencia a esas situaciones que nos van quemando sin darnos cuenta hasta que un día estallamos. ¿Cómo podemos abordar una relación laboral que nos supera?
La manera de no caer en el 'síndrome de la rana hervida' (los cambios que se dan de manera tan suave que no me doy cuenta de que estoy aceptando aspectos contrarios a mis valores) consiste en tener previamente una lista de los límites que no quiero sobrepasar y periódicamente revisarlos. Por ejemplo, no salir del trabajo pasadas las ‘x’, no presionar a mis colaboradores en tal aspecto… Si espero a poner los límites cuando surja la situación, ya será tarde. No debería preocuparnos en exceso la opinión de los demás; ya que solemos respetar a quienes se mantienen fieles a sus principios y valores.
¿Existe el secreto para alcanzar la felicidad en el trabajo?
¡Desde luego! Consiste en tener un trabajo que te permita desarrollar alguno de tus talentos. En mi opinión, todos tenemos alguno. Piensa en aquello en que tus amigos y conocidos te suelen pedir, en esa tarea que cuando la desarrollas el tiempo pasa volando… ¡Ahí lo tienes, ese es tu talento! Dedícate a ello y la palabra ‘trabajo’ tendrá para ti un nuevo significado.
¿Cómo afecta a nuestra felicidad laboral sentirnos motivados y valorados?
Ser feliz es lo bastante importante como para que no lo pongamos en manos de un jefe. Las empresas tienen la mitad de la responsabilidad. Deben procurar que exista un ambiente saludable y que sus empleados conozcan las posibilidades de promoción, recursos para desarrollar su talento, etcétera… pero nunca debe interferir en aspectos como la familia, el ocio o los amigos. En el trabajo, el lenguaje y los objetivos deben ser profesionales. Si entramos en el plano personal, las relaciones quedan condicionadas por aspectos emocionales y eso a la larga suele generar problemas. La empresa disfrutará de mejores resultados, menor absentismo, etc… si procura un ambiente agradable y dota de recursos (económicos, conciliación…) a sus empleados, pero la ‘felicidad’ de los mismos no puede ser un objetivo; ni mucho menos una exigencia. Los trabajadores deben ser valorados por sus conocimientos, compromiso y dedicación. Si, además sonríen perfecto; pero, si no lo hacen, no debería ser tenido en cuenta. Cada uno expresa ‘felicidad’ de un modo distinto.