Vigorexia y ortorexia, nuevos trastornos de la alimentación
El exceso de información, la redes sociales, la creación de 'patrones corporales ideales' , la obsesión por el consumo únicamente de alimentos saludables... han provocado el aumento de ciertas enfermedades relacionadas con las conductas alimentarias. Así, mientras la población con obesidad no deja de crecer, cada vez más personas -más ahora que la 'operación bikini' está en pleno auge- aseguran vivir preocupadas por su peso, por lo que come y también por cuántas calorías ingiere. Tal y como pone de manifiesto un estudio llevado a cabo por el comparador de seguros de salud Acierto.com, el 33,7% de los españoles afirma haber hecho régimen en el último año y un 15,6% asegura estar a dieta actualmente. Pero, ¿cómo puede afectarnos el culto al cuerpo llevado al extremo? Nuestra experta especialista en nutrición deportiva, Marta Lorenzo, nos habla de los peligros de convertir lo saludable en enfermizo.
Todos conocemos la anorexia y la bulimia, dos enfermedades desgraciadamente cada vez más comunes, que provocan una distorsión de la realidad haciendo que la mujer -y digo mujer, porque, aunque en los últimos tiempos han aumentado el número de hombres afectados por esta estas enfermedades, siguen predominando ella-, no se vea como realmente es.
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Pero, a pesar de que es un tema muy importante, no quiero centrarme en estos tipos de trastornos, sino en otros que vivo a diario y que personalmente me preocupan mucho; ya que están aumentando de manera alarmante en nuestra sociedad. Son trastornos menos conocidos como la vigorexia y la ortorexia.
¿Qué es la vigorexia?
La vigorexia es un trastorno psicológico y de la alimentación, donde el deporte y la dieta es el centro de la vida del individuo. Las personas que lo padecen se vuelven dependientes del ejercicio y llegan a caer en tal obsesión que, si un día no hacen ejercicio, recurren a dietas restrictivas para compensar. Lo peor es que nunca están satisfechos y quieren más, aumentando constantemente sus objetivos y buscando la perfección sin importarles las consecuencias que pueda ocasionarles.
La vigorexia es muy común en los gimnasios y centros deportivos; incluso, en algunos casos, está relacionada con el consumo de sustancias perjudiciales para la salud como son algunos anabolizantes y suplementos deportivos.
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El problema viene cuando estas conductas, que muchas veces vemos a diario en la calle, se normalizan y no son consideradas como un trastorno. Soy la primera que recomiendo un peso ideal y una alimentación equilibrada, variada y sana; pero siempre dentro de la salud y sin obsesionarse. Acompañado, por supuesto, de ejercicio, pero practicándolo con moderación.
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Ortorexia: la obsesión por comer sano
Por otro lado, encontramos el caso de la ortorexia, un trastorno cada vez más común, que se caracteriza por la obsesión por comer únicamente alimentos saludables. Esto puede ser muy peligroso; ya que puede derivar en una situación de aislamiento a nivel social.
Las víctimas de este trastorno convierten la comida en el centro de su existencia y se preocupan de forma desmedida por la calidad de los alimentos y por el consumo de productos ecológicos que no contengan ningún tipo de sustancia que pueda ser tóxica para su salud; hasta llegar a olvidarse de comer por puro placer. Entre las razones que pueden conducir a la ortorexia está la obsesión por buscar una mejor salud, baja autoestima, el miedo a ser envenenado por la industria alimentaria...
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Por este motivo, tanto si se quiere hacer dieta para perder peso, como si solamente se desea mejorar los hábitos alimenticios es necesario consultar a un profesional, ya sea nutricionista o endocrino. Además, en el caso de seguir una dieta es necesario llevar a cabo un seguimiento de todo el proceso, con pruebas médicas periódicas que garanticen el buen estado de salud.
Y, recuerda: en el equilibrio y la variedad está la clave.