Si quieres que tu cerebro llegue a la vejez en plenas facultades mentales, es importante que empieces desde ya a incorporar algunas rutinas saludables en tu día a día. Da igual la edad que tengas: hacer ejercicio físico, dormir bien, comer sano, combatir el estrés con técnicas de relajación o practicar ejercicios de estimulación cognitiva son algunos buenos hábitos que nos ayudarán a conservar nuestra memoria durante muchos años. Alba Rivas, psicóloga de Lepant Residencial y experta en el diseño de actividades para entrenar la memoria, nos da algunas claves para conseguirlo sin esfuerzos.
- Aparca por un momento los mil quehaceres diarios y busca un rato para hacer pasatiempos, sudokus, rescata los juegos de mesa, el ajedrez, las damas… También puedes aprovechar el tiempo muerto en el súper y jugar a calcular el precio de la compra antes de llegar a la caja. ¡Sólo un cuarto de hora al día que es suficiente para desafiar a la mente!
- ¿Eres una persona de rutinas? Está bien, sobre todo si son rutinas saludables; pero intenta no acostumbrar al cerebro a hacer siempre lo mismo; ya que cada vez que este automatiza una actividad la memoria no trabaja de la misma manera. Un buen ejercicio sería cambiar la ruta para ir del trabajo a casa, por ejemplo.
- Trabaja la visión espacial, tan importante para comprender el mundo que nos rodea. Para entrenar esta capacidad, algunas tareas que estabas acostumbrado hacer con tu mano dominante, hazlas con la contraria, por ejemplo, coger la sartén, limpiar, dibujar… O al cortar un bizcocho, busca la manera que te permita hacer partes iguales.
- Socializa, pero no sólo a través de las redes sociales. Sal de casa, haz actividades al aire libre y en grupo. Tener una vida activa es un gran entrenamiento para nuestra memoria, que se obliga a estar constantemente recibiendo estímulos del exterior.
- Duerme al menos ocho horas al día y practica ejercicio tres veces por semana. Caminar, salir a correr, ir en bicicleta o nadar son los ejercicios más recomendados para oxigenar el cerebro. Por otra parte, durante las horas de sueño, el cerebro aprovecha para almacenar y clasificar la información obtenida durante el día; por lo que es importante un buen descanso. Además, también es bueno hacer ejercicios de relajación, sobre todo si se está viviendo una época de más estrés. Tienes que tener en cuenta que el estrés es uno de los mayores enemigos de la memoria y hace que suframos lapsus y despistes.
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