Una mala posición durmiendo no sólo provoca dolores de espalda, sino que también hace muy difícil conciliar el sueño. Sin embargo, una buena postura al descansar puede volvernos más atractivos, eliminar dolores de espalda o hacer que estemos de mejor humor al despertarnos. Analizamos las posturas más comunes con sus pros y sus contras.
Nos pasamos un tercio del día durmiendo y el alcohol, las cenas abundantes o la mala conciencia no son las únicas razones por las que muchas veces no descansamos adecuadamente. La postura que adoptamos al acostarnos tiene mucho que ver con nuestra salud, nuestro estado de ánimo e incluso la belleza física, por lo que un buen descanso puede condicionarnos el resto del día. Y tú, ¿cómo duermes?
Sobre la espalda, boca arriba
Esta es, sin duda, una de las posiciones más recomendables. La columna vertebral se mantiene en posición neutral y estable. Aunque en ocasiones los ronquidos son más fuertes. También es la mejor postura para conservar un rostro sin arrugas ni marcas de expresión, ya que nada impide a la piel transpirar correctamente y no se apoya la cara sobre la almohada. Además, mantiene los pechos erguidos y evita la flacidez.
De lado
Esta es una posición ideal y muy cómoda. Para embarazadas, sobre el lado izquierdo. El resto, sobre el lado derecho, ya que la satisfacción del sueño es mayor e incluso se tienen menos pesadillas.
Dormir durante el embarazo, sobre todo en los últimos meses, se vuelve una tarea difícil. Sin embargo, la posición decúbito lateral izquierda es mucho más beneficiosa para la madre y para el feto ya que se incrementa la cantidad de sangre y nutrientes que llegan a la placenta; y la mamá respirará mejor que boca arriba. También es recomendable utilizar almohadas para acomodar las piernas y el vientre, para liberar peso de la columna y las caderas.
En posición fetal
A pesar de ser la posición en la que más arrugas aparecen, es la preferida por más del cuarenta por ciento de los seres humanos. Al ser la forma con la que partimos desde el vientre materno, hace que sintamos una sensación de protección y relajación que ayudan a conciliar el sueño. Es una postura que disminuye los ronquidos, ya que mejora la respiración, por lo que está indicada en personas con apnea del sueño. Además, esta postura reduce los reflujos gástricos.
En contrapartida, hay mucha flexión de espalda y caderas por lo que las articulaciones permanecen con demasiada compresión. Si tenemos alguna lesión o molestia en el hombro o la cadera, ésta puede agravarse si adoptamos esta postura. Para los más presumidos no es la mejor opción, ya que esta posición puede aumentar la aparición de las temidas arrugas, debido a la presión del rostro sobre la almohada.
Boca abajo
Es una mala postura ya que no respeta la neutralidad de la columna. Puede producirnos dolor cervical, dorsal y lumbar, ya que todas las articulaciones intervertebrales permanecen comprimidas. También puede provocar dolores de estómago al apoyar el peso sobre el abdomen, así como ocasionarnos reflujos durante la noche. Lo bueno de esta posición es que reduce los ronquidos y está comprobado que quienes duermen boca abajo disfrutan de sueños más intensos.