Llegan las lluvias, bajan las temperaturas, las horas de sol disminuyen… Por eso que el otoño sea la época por excelencia de los resfriados y las primeras gripes. Sin embargo, no tienes por qué resignarte a encadenar un catarro detrás de otro. Siguiendo unos sencillos hábitos puedes hacer más de lo que crees por fortalecer tu sistema inmunológico. ¡Que este otoño los virus y las bacterias no puedan contigo!
Los expertos en fitness y nutrición de la cadena Sport Zone nos dan algunas claves para conseguirlo:
- Adecúa tu alimentación a la nueva estación. El paso del verano al otoño requiere adaptar la dieta con alimentos que nos protejan y ayuden a prevenir gripes y resfriados. Los expertos señalan la importancia de no descuidar la ingesta de proteínas (pescado azul, carne –mejor si es blanca-, que ayudan a generar importantes defensores de nuestro sistema inmunológico. También recomiendan limitar los carbohidratos que, aunque nos aportan un plus de energía, en exceso pueden reducir los linfocitos y provocar respuestas inmunes más bajas. ¿Qué más no puede faltar en tu mesa? Las vitaminas son fundamentales para el sistema inmunológico; así que asegúrate de mantenerlas en niveles óptimos. Sobre todo, incluye: vitamina A (zanahorias, espinacas, huevos…), vitamina C (cítricos y verduras de hoja verde), zinc (mariscos) y fibra (legumbres, cereales…). Lee: 7 superalimentos para decirle adiós a la gripe
- Practicar ejercicio con regularidad es necesario, ¡pero sin excesos! Hacer ejercicio mejora la salud cardiovascular y reduce la probabilidad de contraer enfermedades crónicas; además de aumentar el flujo sanguíneo, lo que ayuda a que el sistema inmunológico funcione correctamente. Recuerda, sin embargo, que el ejercicio debe ser moderado, teniendo siempre en cuenta nuestras características personales. En general, la Organización Mundial de la Salud recomienda 60 minutos de ejercicio al día en niños y adolescentes; 150 minutos semanales para adultos entre 18 y 64 años; y al menos 150 minutos semanales de ejercicio moderado para los mayores de 65 años. Lee: 150 minutos de ejercicio semanal para mejorar la movilidad articular
- ‘Mens sana in corpore sano’. El ejercicio físico también contribuye a mejorar nuestro estado de ánimo, importantísimo también para reforzar nuestras defensas. Y es que sentirnos felices genera anticuerpos e impide la liberación de hormonas dañinas. Te recomendamos disciplinas como el yoga o la meditación para cultivar tu bienestar anterior y vencer el estrés, que también afecta a las defensas. Lee: Cómo el estrés está poniendo en peligro tu salud
- El insomnio baja las defensas. Un buen descanso mejora el estado de ánimo y, por tanto, los niveles de energía, además de evitar accidentes cardiovasculares. Algunos estudios defienden que, a más horas de sueño, mayor concentración de glóbulos blancos –que son los encargados de combatir cuerpos extraños-. Lo recomendable es dormir entre 6 y 8 horas. Lee: 10 consejos para que nada te quite el sueño
- Deja de fumar o, al menos, limita el consumo de tabaco. Fumar daña todo nuestro organismo y sistema inmunológico: aumenta la probabilidad de un accidente cardiovascular, ataque al corazón, cáncer de pulmón… El deporte puede ayudarte a liberar la ansiedad que genera el abandonar este mal hábito. Lee: Las seis claves para dejar de fumar
- ¡Bebe agua! Aporta energía a los músculos, mejora la función intestinal y equilibra los niveles de líquido de tu cuerpo. Debes beber unos 8 vasos de agua al día. Lee: La importancia de una buena hidratación