El tomate, fruto de la tomatera, es un alimento que, por sus propiedades, resulta imprescindible en la dieta. Se considera un ingrediente indispensable a la hora de cocinar y lo podemos consumir tanto crudo como cocido.
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Inagotable fuente de salud
A nivel nutricional podemos decir que el tomate contiene vitaminas A, C y E y minerales como el potasio, fósforo, calcio, zinc, magnesio, sodio y manganeso. Se caracteriza por su contenido en licopeno, un antioxidante responsable de su color rojo.
- En caso de sufrir obesidad, es ideal para introducirlo en nuestra dieta. Nos ayudará frente a la retención de líquidos y nos aporta pocas calorías y nada de grasa.
- Reduce los niveles de colesterol y nos protege frente a las enfermedades cardiovasculares gracias al licopeno, de hecho, es un alimento recomendado para post infartados. También imprescindible para los hipertensos, ya que reduce la tensión arterial.
- Mejora el tránsito intestinal gracias al aporte de fibra, por ello debemos comer el tomate con piel. De esta manera, también perderemos menos vitaminas y minerales.
- Al ser rico en vitamina A, una vitamina relacionada con la visión, nos la mejora y nos previene de la degeneración macular y ceguera nocturna.
- Debido a sus antioxidantes, se le relaciona con la prevención de cánceres como el de próstata, vejiga o gastrointestinal. También nos ayuda a la eliminación de metales pesados.
- Nos ayuda a combatir infecciones urinarias y a mejorar nuestro sistema inmune.
- Si realizamos ejercicio, nunca debemos olvidarnos de este alimento. Por su alto contenido en vitaminas y minerales, nos ayudará a mejorar nuestro rendimiento y a mantener el organismo fuerte y saludable.
¿Crudo o cocinado? ¿Cómo aprovechamos mejor los nutrientes?
Se recomienda consumir el tomate maduro, ya que si está verde contiene ácido oxálico, una sustancia que forma el ácido úrico y que puede causar enfermedades como la gota, artritis o reuma. Al estar maduro, esta sustancia desaparece, de hecho, en personas que sufren este tipo de enfermedades es recomendado su consumo. Además, los tomates verdes contienen solanina, un alcaloide que puede provocar migrañas en personas que las sufren. Lee: ¿Sufres de migraña? ¡Revisa tu alimentación!
En crudo, podemos comerlo simplemente con ajo, en zumo, como parte de ensaladas o gazpacho o en un buen desayuno restregado en el pan. También existen conservas de tomate en crudo, pelado y troceado, pero ten en cuenta que su contenido en sal es mayor. Cocido se suele utilizar para salsas o a la plancha.