Lavanda, geranio, ‘rosemary’, rosa, bergamota, alcanfor… Son muchas las plantas a las que desde la antigüedad se les atribuyen grandes beneficios para la salud, desde tratamiento de afecciones leves o problemas menores como insomnio, digestiones pesadas, cistitis, episodios de estrés y depresión a cuidados para la piel. De hecho, la industria cosmética ha explotado hasta la saciedad sus principios activos para desarrollar líneas enteras a base de determinadas plantas como la rosa mosqueta o la lavanda y otras, que, supuestamente, mejoran el aspecto de la dermis o favorecen la circulación (aunque en muchos casos no hay evidencias científicas de que esto sea así). De igual manera, no todas las plantas tienen propiedades curativas y, si las tienen, no son milagrosas como para curar enfermedades graves como un cáncer a base de tisanas; por eso siempre hay que dejarse asesorar por verdaderos expertos (el médico o farmacéutico) que pueden aconsejarte en caso de que tu problema pueda verse aliviado con fitoterapia –de la que sí hay estudios que avalan su eficacia contra procesos víricos como la gripe común, según apuntan desde el Centro de Investigación sobre Fitoterapia (Infito)-.
En el caso de la aromaterapia, por ejemplo, el tratamiento se realiza a través de la esencia más pura de las plantas que, tras un proceso de extracción llamado destilación al vapor, se obtienen sustancias muy complejas que suelen recetarse como antibacterianos y en casos de indigestión, flatulencias, dolor de estómago, estrés, ansiedad, depresión…. Entre los más populares que se emplean para esta última dolencia (normalmente añadiendo unas gotas de esencia en un vaporizador) están la lavanda, la camomila o el aceite esencial de ylang ylang. “Aunque hay que ver caso por caso, cada síntoma y cada paciente requiere en ocasiones de un tratamiento diferente. Hay plantas que actúan más fisiológicamente sobre las causas de la depresión que los mismos fármacos de síntesis. Además, con fitoterapia también podemos tratar nerviosismo, irritabilidad, insomnio si utilizamos plantas como la valeriana y la pasiflora. Si la persona está muy cansada y con gran desgana psíquica pueden ayudar la rhodiola y el ginseng, que son planta adaptógenas.”, explica el doctor Miguel Martín Almendros, coordinador del Grupo de Trabajo de Fitoterapia de la SEMRGEN en la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria.
Otro ejemplo es el hipérico o hierba de San Juan que, según un análisis publicado por la prestigiosa revista médica British Medical Journal en 1996 y respaldado por otros posteriores, ha demostrado su eficacia en casos de depresión leve -hasta el punto de que en Alemania ha desbancado en ventas a los antidepresivos convencionales como el prozac-. Sin embargo, también se hablan de los efectos secundarios de esta planta, entre ellos mareos y molestias gastrointestinales; ya que, tenemos que tener en cuenta que por mucho que estemos hablando de plantas naturales no dejan de ser organismos vivos cuyos compuestos pueden llegar a interferir con el nuestro. En el caso de los aceites esenciales, dada su alta concentración, pueden, incluso, causar irritaciones u otro tipo de reacciones alérgicas. Aunque el doctor Miguel Martín Almendros remarca que "son pocas las interacciones y que no generan dependencia".
Por todo ello, la principal recomendación es acudir a la farmacia y dejarnos asesorar por el farmacéutico, quien nos puede aconsejar sobre el preparado fitoterápico más adecuado a nuestras necesidades y no hacerlo por nuestra cuenta, tal y como nos explica Concha Navarro, catedrática de Farmacología de la Universidad de Granada y presidenta de Infito. Además, también insiste en adquirir estas plantas medicinales en la farmacia, ya que de esta manera nos aseguramos de que cuentan con un registro sanitario y un control en el proceso de fabricación.
Te animamos a que compartas tu opinión y experiencia sobre el uso de las plantas medicinales para el tratamiento de problemas menores como los mencionados.
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